El título mundial del Barça se cuela en el vestuario del Real Madrid

El título mundial del Barça se cuela en el vestuario del Real Madrid

Un referente del equipo blanco tiene muy claro cual es el camino que lleva al éxito

La cara de CR7 era un poema al término del encuentro. Cristiano Ronaldo vivía una jornada complicidad desde el pitido inicial del árbitro en la goleada de escándalo ante un Rayo con nueve. Tras encararse con la gradas, ser increpado, no celebrar su goles de forma efusiva y poner peor cara ante los tantos de Bale, Ronaldo enfilaba el túnel de vestuarios contrariado.

 

Cuentan desde dentro que la situación de tensión supera al crack portugués que no duda en poner como el ejemplo al Barcelona. Ronaldo, crítico como pocos con la situación que atraviesa el Real, da en la diana. El '7' desliza que le Barça, guste o no, ha sabido mantenerse fiel un estilo de juego propio que lo identifica más allá del técnico al frente del equipo. Pese a tener un fondo de armario menor y no contar con efectivos de relumbrón en el banquillo, el once culé sigue superando pruebas con nota.

 

Ronaldo se muestra muy duro con las constantes idas y venidas de jugadores y técnico en el Real, cree que la falta de continuidad es una de las claves que ha sumido al Madrid en un estado de letargo. Cristiano no esconde una envidia sana por la propuesta azulgrana. Piensa que Messi está rodeado de jugadores que hacen su juego más brillante, mientras en el Real, advierte a sus próximos, se encuentra practicamente solo contra el mundo.

 

Los silbidos del Bernabéu, su último desafío a la grada, y la percepción de que el Real navega sin rumbo, dejaron al Ronaldo más tocado al término del envite frente al Rayo. CR7 quiere ganar, pero fue el primero en no sacar pecho por hacerlo ante nueve y bailados contra once. Algo no va en este Madrid. Y Cristiano es muy consciente de ello.