Las secuelas que ha dejado en Leo Messi el incidente del aeropuerto de Tokio

Las secuelas que ha dejado en Leo Messi el incidente del aeropuerto de Tokio

El crack argentino ya está en su país para celebrar las Navidades con los suyos.

Leo Messi ha optado por pasar página y olvidar el incidente acaecido en el aeropuerto de Tokio en el que varios aficionados del River Plate le insultaron y llegaron a escupirle. Messi reaccionó de forma espontánea y sólo la intervención de Mascherano, Luis Suárez y el propio Luis Enrique evitó que el incidente pasara a mayores.

 

Con tiempo para reflexionar, el mejor futbolista del mundo ha optado por restarle dramatismo a la situación. Sabe que es imposible contentar a todo el mundo, no ignora que en su propio país tiene en contra a un sector de la crítica y de los aficionados, y que ante eso nada puede hacer. Pero también sabe que la mayoría de los argentinos están con él, y eso es precisamente lo que le anima a seguir dejándose la piel por la selección argentina con la esperanza de que su esfuerzo dé el fruto esperado en forma de ese Mundial por el que tanto suspiran los aficionados de la albiceleste, con él a la cabeza.

 

Leo ha entendido que lo de Tokio era apenas una minoría que representa a la minoría de argentinos que están contra él y que los demás no tienen la culpa de que, como dijo el presidente D´Onofrio, "siempre haya un tonto en todas partes". Por eso Leo no ha variado sus planes iniciales y se encuentra ya en Argentina para disfrutar de las vacaciones navideñas en compañía de los suyos. Y no va a perder el tiempo haciendo entender a quien no quiere entenderlo que sea River o sea Newell´s quien tenga delante, él es un profesional que está obligado a ofrecer lo mejor de sí mismo para el club que le paga... siempre. Independientemente de quién sea el rival.

Y lo que de verdad tiene que quedar son las manifestaciones de Leo Messi antes de la final del Mundial de Clubs, cuando mostró su alegría porque un equipo argentino había llegado a la final del torneo o ese momento inmediatamente posterior al gol que anotó, cuando no lo festejó y con la mano pidió perdón a los hinchas del River. Muchos entendieron su gesto. Unos pocos no, los mismos que se empeñan en negarle la nacionalidad argentina a quien de niño tuvo que hacer las maletas en busca de fortuna porque en su país nadie confió en él.