Pep Guardiola vuelve a las andadas y se va del Bayern como del Barça
Las circunstancias de su adiós al Bayern Múnich recuerdan mucho al deterioro de su relación con el Barça que le obligó a hacer las maletas.
Sólo hay una diferencia entre el adiós de Pep Guardiola al Barcelona y del ya anunciado al Bayern Múnich. El entorno. Mientras que en la ciudad condal le era favorable de manera incondicional, en Alemania le ha sido adverso. No ha sabido ganarse ni a los medios de comunicación germanos ni a los ex jugadores del club, que tienen tanto peso en el Bayern como el que podía tener Johan Cruyff en el entorno del Barça en su época de técnico azulgrana.
Por lo demás, se repiten las mismas circunstancias. Pep ha tenido problemas con los pesos pesados del equipo. Pudo cargarse a Schweingsteiger, pero no ha podido ni con Muller, ni con Ribery ni con Robben. En el Barça dio el pasaporte a Ronaldinho, Deco y Eto´o. Y propuso en su cuarto año liquidar a varios pesos pesados que quedaban en ese vestuario (Cesc, Piqué y Alves entre ellos), pero la directiva, entonces presidida por Sandro Rosell, se negó. En el Bayern quería hacer lo mismo y le han parado los pies. Y él ha reaccionado de la misma manera: marchándose con la música a otra parte.
Pep se va del Bayern generando decepción entre sus jugadores, enfrentado con buena parte de la directiva, cuestionado por los medios de comunicación y provocando indiferencia entre una afición que no parece dispuesta a echarle de menos. Salvo en el apartado de los medios de comunicación, que en Barcelona le comían en la mano, se repite el escenario que dio pie a la salida de Pep Guardiola del FC Barcelona hace tres años y medio.