La preocupante historia que esconde el fichaje de Rafa Benítez por el Madrid
El técnico consiguió mucho más que cumplir un sueño con la llamda del club blanco
Rafa Benítez fue, pero no es. El técnico del Madrid luchaba en sus últimos meses en Nápoles no por vivir, sino por sobrevivir. El agente de Rafa se pasó la temporada 2014-15 peinando el mercado. Los capitostes italiano habían hecho llegar al representante la comunicación en firme de no seguir dando cobijo a un Benítez que tenía a a la afición napolitana de uñas -"Gracias por irte", rezaba una pancarta en la grada del estadio San Paoli una vez confirmado su adiós- el vestuario en contra y la directiva desangelada con un técnico trabajador como ninguno, pero lejos de la mejor versión.
Benítez fue de más a menos. La búsqueda de destino empezó por los grandes, especialmente Liverpool a quien se les ofreció la vuelta de Rafa que fue negada. El City, como alternativa a Pellegrini que hacia aguas, tampoco quiso saber nada. Chelsea y Arsenal ni se plantearon la opción. Lo mismo que el PSG a quien se hizo llegar la disponibilidad de Rafa para remplazar a Blanc. En Italia, donde conocían de primera mano la fama -nada buena- de Rafa en el Calcio nadie descolgó el teléfono.
La negativa de los grandes obligó la bajada de caché hasta tropezar con el único club que quiso sentarse a negociar: el West Ham. El conjunto inglés estaba tan o más desesperado que un Benítez al que se le negaban los banquillos. Tal fue así que el ahora técnico del Madrid tuvo redactado el contrato para la firma. "Después de haber acordado todo con él se fue al Madrid. Estuvimos a dos horas de firmar a Benítez y apareció el Madrid. Teníamos el contrato acordado y todo", asegura David Sullivan copropietario del club inglés.
La llamada del Real, empujada por su valedor José Ángel Sánchez, director general del Real, fue fiesta mayor en el entorno de Rafa.