Análisis: La Roja renace. La media de edad, clave en el fracaso

La selección reduce su 'vejez' en casi tres años con respecto al Mundial

Análisis: La Roja renace. La media de edad, clave en el fracaso

La selección española que acudió al Mundial no lo hizo con el nivel físico ni mental óptimo para poder competir en condiciones. Lo reconocieron los propios futbolistas. Brasil supuso el fin de un ciclo para algunos de los nombres más representativos de la generación que lo ganó todo y que, como en otros ámbitos de la vida, sufrió el desgaste que supone el simple paso del tiempo.

Victoria tras victoria y reto tras reto, cada cima alcanzada suponía éxito pero también emplazaba a una caída mayor en el futuro. Era inevitable. "Mantenerse es más difícil que llegar", reza el tópico, que no por serlo deja de ser también cierto. Por mucho que el profesional se motive es casi imposible no vivir y valorar las cosas de un modo distinto conforme uno se va acostumbrando a saborear la gloria. Esto, entre otras cosas, algunas puramente futbolísticas, es lo que le sucedió a la generación que quedó tocada para siempre en Brasil. El grupo no sólo había sufrido un desgaste deportivo. También había madurado.

Porque muchos de esos mismos chavales que lograron vencer contra pronóstico en Austria y Suiza en 2008, la mayoría, llegaron a Brasil como padres de familia. Las celebraciones por superar una eliminatoria de cuartos o vivir una noche de éxtasis desde el punto de penalti en semifinales no eran las mismas. España se acostumbró a ganar, a ser imbatible. La rutina era sacar la bandera a la calle cada dos años porque era lo que tocaba. Como el niño que acaba despreciando un juguete cuando se cansa de él, llegaría un momento en el que esa fuerza proporcionada por las ganas de disfrutar de lo nunca vivido y lo que parecía inalcanzable se apagarían. Había otras preocupaciones. Los hijos, las perspectivas de futuro al alcanzar la treintena, el día a día con tu club...

Villa Iniesta Torres

La media de edad de la selección que ganó la Eurocopa 2008 era de 26 años y cinco meses. Del Bosque supo regenerar poco a poco ese núcleo manteniendo a los jugadores clave porque la gran ventaja fue que esos mismos futbolistas estaban lejos de caducar y España llegó a la Eurocopa 2012 con una media casi idéntica: 26 años y siete meses. Entre medias, el primer Mundial de la historia del país. Pero la evolución se detuvo y la Roja acudió a Brasil con una media de casi 28 años y con seis pesos pesados por encima de la treintena: Casillas, Xabi Alonso, Xavi, Villa y Fernando Torres.

Tras el fiasco pasó lo que tenía que pasar, y en esta etapa de cambios sin descanso y pruebas por doquier, de indefinición, reconstrucción e incertidumbre, la selección vuelve a una media joven: Poco más de 26 años en la última convocatoria, apenas 25 en el once titular que, previsiblemente, el seleccionador dispondrá contra Holanda. Falta el rodaje, el aprendizaje de movimientos y el entendimiento entre los nuevos. También experiencia, algo que sólo se consigue a base de palos. Si la paciencia, la confianza y la evolución sigilosa fue la virtud de España en el pasado, será vital mantenerla ahora.