Lo que no se vio de la Gala del Balón de Oro entre Cristiano y Messi

Pese a la victoria del argentino, ha sido el año de mayor protagonismo de los dos astros de forma conjunta

Lo que no se vio de la Gala del Balón de Oro entre Cristiano y Messi

La Gala de la amistad. Así podríamos definir lo que ha sido la última cita con el Balón de Oro en el Palacio de Congresos de Zúrich, en la que Leo Messi se coronó con su quinto galarón, más que nadie nunca antes en toda la historia. Dicho este dato seguramente muchos podrían pensar que ha sido el acto más amargo para un Cristiano Ronaldo que tras dos éxitos consecutivos en 2013 y 2014 ha vuelto a quedar segundo por detrás del argentino, pero lo cierto es que si algo ha sorprendido -para bien- en la cita ha sido el compañerismo entre los dos futbolistas que han copado el podio del trofeo individual más importante del fútbol mundial en los últimos siete años.

 

Un trofeo, el Balón de Oro, que conformó los cimientos de la ya histórica rivalidad Cristiano-Messi a lo largo de todos estos años, y que ha contribuido de forma fundamental a que ambos se hayan retroalimentado para no perder jamás el apetito por ser los mejores. Pero no sólo ser los más grandes con respecto a sus compañeros de profesión, sino ser más el uno que el otro. Un duelo individualista en un deporte colectivo convertido, además, en una imagen de negocio gigantesca para el propio deporte del fútbol, fomentando una rivalidad cinematográfica, épica y hasta espiritual para la gente de a pie. Todo eso se han ido encargando de enterrar ambos protagonistas, que ya dieron síntomas de haber dejado el hacha de guerra en la Gala de hace sólo un año.

 

En aquella ceremonia se hizo famosa la imagen de un hijo de Cristiano Ronaldo tímido, escondiéndose detrás de su padre ante la implacable presencia de su mayor enemigo y, a su vez, de su ídolo inevitable. Fue entonces cuando pareció que algo en la cabeza de CR7 hacía 'clic', el último de los cambios que poco a poco, con el paso de los años y casi gracias a una erosión inevitable que ha provocado aburrimiento por reiteración. El portugués le animaba a saludar al argentino, sin acritud. Sin sentirse furioso porque su propio hijo idolatrase al hombre que tanto aparece en su propia película, símbolo del mayor acicate personal que ha tenido para mejorar en el fútbol a lo largo de toda su carrera.

 

Sin niños de por medio pero con aquel recuerdo presente, la gala celebrada este lunes en Zúrich valió nada menos que para escuchar a Cristiano Ronaldo reconocer que querría ser como Messi en una cosa. "Su pierna izquierda no está nada mal", suspiraba el portugués, en una respuesta a la pregunta de un periodista que hubiera sido inimaginable hace sólo dos o tres años. "Es especial ganar este Balón de Oro después de dos años viendo cómo lo ganaba Cristiano", dijo Leo nada más recoger el enorme globo dorado. Tampoco se hubiese acordado de él de no ser por esta 'nueva era' de cuasi-amistad entre ambos.

 

Y entre medias, complicidad. Separados por centímetros, sentados uno junto al otro, portugués y argentino intercambiaron algunos pareceres durante la gala. Hubo contacto, cierta conversación. Incluso un saludo y un apretón de manos de CR7 a la mujer del azulgrana, respondida con una gentil sonrisa. Palabras de elogio en la previa, buenas caras, sonrisa del portugués al ver cómo Messi subía las escaleras hasta el podio... hay quien dice que se trata de la madurez de dos 'críos' que fueron leyenda siendo muy jóvenes. Puede que ambos hayan entendido que para seguir en todo lo alto ahora deben aunar esfuerzos ante los que aprietan.