El detalle que confirma el descontrol que existe en el cuerpo técnico del Barça

El despido de un jugador del filial que debutó con el primer equipo hace dos meses hunde los ánimos de los chavales del fútbol base.

El detalle que confirma el descontrol que existe en el cuerpo técnico del Barça

Aitor Cantalapiedra, jugador del Barça B, ha sido despedido por el FC Barcelona para hacer hueco a la llegada de los nuevos fichajes de futbolistas curtidos procedentes de la geografía española con la finalidad de evitar el descenso del filial azulgrana a la Tercera División. La noticia no tendría mayor relevancia, entran unos y se van otros, si no fuera porque Aitor Cantalapidrea mereció hace apenas dos meses el interés de Luis Enrique, que le alineó como titular en los dos partidos ante el Villanovense en la Copa del Rey.

 

La presencia de Aitor Cantalapiedra entre los jugadores del primer equipo daba a entender que respondía a una lógica, a que el cuerpo técnico le creía merecedor al honor de dar el salto al equipo profesional, aunque fuera de manera esporádica. Se supone que su presencia en el primer equipo era el fruto de una decisión meditada que pretendía animarle en su progresión. Sin embargo, su despido fulminante -fichará por el Villarreal B- descubre la desorganización que existe en el cuerpo técnico del Barcelona y genera la lógica alarma entre los integrantes del fútbol base del club, que ven que es tan fácil recibir el premio de dar el salto al primer equipo como el castigo del despido sin explicaciones.

 

"Estoy tocado, hundido", ha manifestado el jugador, que no luchaba por volver al primer equipo y se ha visto en la calle de la noche a la mañana. El jugador ha añadido en Catalunya Ràdio que "ya me lo veía venir, en los entrenamientos veía cosas raras que no eran normales". Cantalapiedra, que es "culé de toda la vida, confía en poder volver al Barça algún día. Su caso no difiere en mucho con el de Nolito. Hace cuatro años fue despedido del Barça y ahora el técnico lo quiere en su equipo a toda costa.