Por qué Roberto Carlos es útil para el Real Madrid pese a la sanción

Por qué Roberto Carlos es útil para el Real Madrid pese a la sanción

Ficharlo no es tan mala opción como parece.

Devolver a Roberto Carlos al Real Madrid parecía una muestra de respeto para quien ha gobernado la banda izquierda blanca durante más de un década con dos Champions League en su palmarés en ese tiempo. Su vuelta parecía un caso más mediático que otra cosa, sin embargo, la utilidad del brasileño parecía cobrar sentido con la aparición del factor Neymar.

 

Solamente quedaba la firma. No se antojaba difícil, pero la FIFA ha decidido restar valor a su incorporación y la opinión pública ha cambiado de banda. Las complicaciones mediáticas no deben quitar valor a lo que puede ser un fichaje muy valioso para el Real Madrid.

 

Una figura mundial

El Real Madrid posee la plantilla más cara del mundo. Según un estudio del Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES) el conjunto blanco ha realizado una inversión de 587 millones de euros para conformar su actual plantilla, una cifra que supera en casi treinta millones a las de su primer perseguidor, el Manchester City (560), y que a comparación con lo gastado por su eterno rival, el Barça (394), demuestran un potencial económico ilimitado. Algo que no es nuevo y que lleva demostrándose así desde la llegada a la presidencia de Florentino Pérez en el verano del 2000.

 

Se ha pasado de tener a los mejores jugadores españoles y tres o cuatro de los mejores mundiales a una plantilla en la que prácticamente no hay jugador que no sea internacional, y de importancia, en las mejores selecciones del mundo. Una constelación de estrellas que han convertido al Real Madrid en el Hollywood del fútbol mundial y una cuna de egos importante. Las disputas por subir salarios han provocado marchas traumáticas como la de Di María, que pese a ser uno de los mejores en su puesto tuvo que ver como la estrella de Colombia en el Mundial, James Rodríguez, llegaba al club blanco casi sin historial previo por 80 millones de euros.

 

La gestión de un vestuario que sabe perfectamente lo que cobra cada compañero es una tarea complicadísima. Además habría que añadir el carácter público de cualquier aparición de los jugadores en cualquier tipo de evento, los futbolistas del club blanco son como un elenco de estrellas del rock que pasean por Madrid y a nivel personal es una tarea muy complicada saber de manera exacta que puede estar pasando por la cabeza de un jugador que tiene un nivel tan alto de vida. Sin embargo, Roberto Carlos, al igual que Zinedine Zidane, ya ha vivido todo eso, ha estado mucho tiempo en la cresta de la ola y ahora, pese a ya no ser futbolista, sigue siendo una celebridad. Esa experiencia puede ser enriquecedora para los jugadores que ahora están sintiendo lo que en su día soportó el brasileño.

 

Zinedine Zidane y el nuevo tono

El día que Carlo Ancelotti salió del Real Madrid despedido por Florentino Pérez la plantilla prácticamente al unísono emitió a través de sus perfiles en las redes sociales su apoyo por un técnico que había tenido seis meses malos en el conjunto blanco, pero que poseía todo el aprecio de los jugadores.

 

La salida de Rafa Benítez no tuvo ni la forma ni el contenido de la misma. Los resultados no dejaban tan mal parado al entrenador blanco, quien había arroyado en la Champions League, en la liga se mantenía vivo pese al duro golpe del Barcelona en el Camp Nou y en la Copa del Rey había quedado eliminado por una circunstancia, Cheryshev, en la que posiblemente no era el máximo culpable. Su despido tuvo otro aroma muy diferente al del italiano y no hubo muestras de cariño ni de ningún otro tipo de sus jugadores, quienes silenciaron sus perfiles en las redes sociales y en sus declaraciones públicas advertían de que su marcha era un mal necesario.

 

La plantilla había hablado, los jugadores acaban siendo los que hacen buenos o malos en la mayoría de casos a los entrenadores y los futbolistas del Real Madrid habían decidido que Rafa Benítez no era el idóneo. Los talentosos como James Rodríguez o Isco habían desistido; Cristiano Ronaldo, en un ejercicio quizás de irresponsabilidad, había ejercido de líder negativo desde el primer día del técnico madrileño, donde le regaló más de una mueca de desaprobación para goce de la prensa gráfica, y los futbolistas acabaron de demostrar su elección en el primer partido de Zidane, donde la actitud, a vista de todos, estuvo a años luz de la mostrada en otros encuentros con Rafa Benítez en el banquillo, donde seguramente se jugó mejor, pero se quiso ganar menos.

 

Zidane ha sido para la plantilla un soplo de aire nuevo y un recuerdo de los buenos días con Carlo Ancelotti cuando el francés ejercía de segundo y charlaba en privado con las estrellas. Ahora el galo vuelve a sus costumbres y se le ve corregir con la mano en el hombro del receptor todo aquello que no le acaba de convencer. Zidane no es un amigo, pero sí alguien a quien los jugadores respetan por lo que hizo sobre el terreno de juego. La incorporación de Roberto Carlos no es más que un apoyo más para convencer al vestuario que su cuerpo técnico está a la altura y sabe qué hacer con tanto talento, al fin y al cabo, ellos fueron parte vital de los famosos “galácticos” y conocen la importancia del dejar hacer a los futbolistas.

 

Además Roberto Carlos añade un valor humano diferente al de Zidane. El respeto del francés viene por su elegancia dentro y fuera del campo y por sus logros futbolísticos dentro de él, un líder silencioso se podría llegar a decir, algo similar a lo que es Andrés Iniesta en el Barça. Respetado por toda la profesión porque pese a hacer cosas que la gran mayoría no es capaz de hacerlo, lo hace con sencillez y sin ostentación. Roberto Carlos posee un perfil más alegre, más cercano en el cara a cara, algo que le ha permitido estar tanto tiempo en una plantilla como la del Real Madrid donde cada año llegaba un Balón de Oro y el brasileño no perdía importancia en el césped ni peso en el vestuario. Roberto Carlos es el líder alegre, un buen contraste para el francés.

 

El valor añadido de Roberto Carlos

Zidane es entrenador del primer equipo en parte gracias a los jugadores. Su proyecto depende en exclusividad de que estos le correspondan sobre el césped. Si además Zidane debe inaugurar una nueva era galáctica, la sanción de la FIFA puede romper sus planes antes de empezar.

 

La era Zidane dependerá de su capacidad en el banquillo. Algo que muchos ponen en duda por su poca preparación tanto académica, como experiencia en ellos al ser un técnico con solo dos temporadas como primer entrenador. Todo eso pone a sus detractores a la espera del fallo.

 

Como ya ocurrió con otros entrenadores que llegaron como técnicos de primer nivel sin apenas experiencia como Guardiola, solamente sus éxitos validarían su puesto. ¿Puede conseguirlo? Sin duda.

 

Rafa Benítez llegó con la vitola de técnico de primer nivel –lo que certifica su carrera pese a su paso por el conjunto blanco-, la plantilla no le hizo mucho caso y el librillo de entrenador no le acabó sirviendo para gran cosa. A la hora de la verdad, cuando los jugadores quisieron, no encontraron respuestas desde el banquillo, respuestas tácticas para facilitar su labor, porque Benítez posiblemente ya había desistido, y por ello, en los últimos partidos del Real Madrid, pese al visible cambio de actitud de los jugadores, no tuvieron armas, a parte de las individuales, para solucionar los partidos.

 

Por ello, Roberto Carlos puede ser importante para Zidane. Pese a que el francés no lo tendría en principio en el cuerpo técnico, ya que este está al completo, el brasileño ya ha ejercido de entrenador durante varios años, además de poseer un bagaje futbolístico de primer nivel y haber contado también con grandes maestros. Esa experiencia que añade Roberto Carlos al organigrama de Zidane debe ayudar, además de para la gestión de vestuario, para crear un soporte táctico que permita a su vez orden y libertad ofensiva para potenciar la creatividad de una plantilla repleta de talento, algo que no se perderá pese a la sanción. Si el brasileño acaba entrado en el vestuario blanco, difícilmente no sea una gran ayuda para el Real Madrid pese a la sanción de la FIFA.