La renovación de Gareth Bale por el Madrid desata una guerra de celos
Las negociaciones para ampliar la vinculación del galés golpean la jeraquía del vestuario
Cristiano Ronaldo tiene un ojo en el presente y otro en el futuro. Las últimas noticias que salen del Madrid no le están gustando un pelo al portugués. Florentino Pérez peina el mercado en busca de nuevos galácticos que deben ir acompañados de salidas también galácticas. Los Lewandowski, Hazard y compañía necesitan espacio y dinero. Los rumores que advierten la marcha de CR7 a final de temporada no son claros. Desde el entorno del jugador deslizan que son interesados: Ronaldo quieres seguir pero, importante, con condiciones. El luso pide una renovación de crack que el Madrid no firma. Al contrario, desde el Real se fía todo a Gareth Bale.
El club blanco ha iniciado las conversaciones para rubricar la ampliación del contracto del galés con el club blanco. Bale termina su vinculación en 2019 y sobre la mesa está la opción de alargarlo hasta 2021 con una suculenta mejora salarial que lo colocaría en las cifras de CR7. Afrenta.
Ronaldo lleva peor que mal el menosprecio. Que el Madrid se haya sentado a arreglar el tema de Gareth antes que el suyo está provocando el enésimo ataque de celos del portugués que ve como su estatus languidece.
En el club blanco, del primero al último tienen claro que este verano perdieron una oportunidad de oro para colocar a CR7 a terceros: las ofertas -en concreto la recibida por el PSG- superaban los 100 millones de euros, cifras que habrían abierto la puerta grande de los negocios a Florentino Pérez, más aún cuando en 2009 el Real pagó 94 'kilos' por el luso. Negocio redondo.
Ahora, Jorge Mendes, agente de Cristiano, mete miedo en el Real con proclamas que buscan la continuidad de CR7 previa renovación a precio de crack -40 millones brutos por año más variables-.
Una idea que pone los pelos de punta en las alturas: Ronaldo ya no vale lo que cobra. Cristiano, con contrato hasta junio de 2018, le cuesta al Madrid 68.109 euros diarios, 2.000 euros por minuto, 17 millones limpios de polvo y paja por temporada. Cantidades que el Madrid, ahora, no pondrá sobre la mesa. Y menos aún por un jugador que supera la treintena y ya mostró lo mejor.