Lo que se soltó en la cena del Real Madrid sobre el Barça
El vestuario cierra el círculo en base a un argumento clave
Un grupo. El Real Madrid hace piña. Nueva cena de hermandad para encara la recta final de una temporada que se vive con un optimismo renovado en el vestuario. La llegada de Zidane, ausente en el encuentro, al igual que Varane y Benzema, ha devuelto la ilusión al equipo: el ‘sí se puede’ marca el día a día de un conjunto que se marca Liga y Champions como objetivos posibles.
Para ello, su gran competidor, el Barça, especialmente en el campeonato doméstico, deberá levantar el pie. Ningún problema. En la plantilla existe el convencimiento de que el Barcelona vivirá un bajón. La afirmación no carece de argumentos.
En el Real ponen su caso como ejemplo. Tras ganar la décima, el pasado curso se hizo largísimo. El desgaste del grupo se evidenció en la segunda mitad de la temporada, en los últimos meses, justo cuando se deciden los títulos. El once, entonces de Anceltotti, vivió su particular descenso a los infiernos, mientras que el Barcelona, más fresco, revivió para arrasar. Ahora, las tornas se intuyen cambiadas.
El esfuerzo del equipo de Luis Enrique, con un fondo de armario menor, lesiones, sanciones, se entiende sobrehumano e imposible de sostener al final. Lo normal, comentan en el vestuario, es que la 'pájara' llegue justo cuando el Madrid alcance su nivel óptimo. Tiempo al tiempo.