El futuro de Bale pasa por dos puntos fundamentales: Pizarra y cariño
El galés ha demostrado esta semana dónde rinde mejor
Gareth Bale puede estar tranquilo en lo que a su futuro se refiere en el Real Madrid. El delantero galés recibió toda la confianza del mundo por parte de Florentino Pérez cuando éste salió a desmentir públicamente una portada del diario MARCA en la que se hablaba de ultimatum a Carlo Ancelotti. El extremo es su nuevo 'pupilo', una apuesta personal que el presidente quiere cuidar porque piensa que será sí o sí el hombre llamado a liderar al equipo en el futuro.
"Cuando le fichamos, armamos un lío. Sabíamos que tenía una hernia. Y luego, cuando se recuperó, resulta que entonces no es un jugador de fútbol. Y ahora hay que quitar a Gareth Bale". Sus palabras en aquella rueda de prensa no ofrecían dudas. En el club, desde el presidente al entrenador, se mantiene un discurso firme y unánime que trata de blindar la figura del jugador, pese a que éste no lo esté pasando nada bien en el plano anímico y de presión cada vez que salta al terreno de juego. Especialmente en el Bernabéu, donde ya se ha llevado alguna pitada considerable por su bajo rendimiento. No todos los futbolistas, incluyendo a las estrellas, saben digerir este tipo de losas en forma de alto coste y altísimas expectativas.
Pero Bale es joven. Y ya ha demostrado, pese a no haber alcanzado su cénit como madridista, que cualidades tiene y de sobra para ser una pieza importante. Le falta serenarse y coger confianza en sí mismo, algo que ha perdido después de un más que aceptable debut en su primer año en la Liga española. De momento, tiene la seguridad de que el club no se plantea venderle bajo ningún concepto, algo que coincide con sus ganas de seguir en la capital de España y tratar de triunfar a pesar de todo.
El futuro alejado de la banda derecha
Bale dejó también claro en estos últimos días con su selección que su posición en el Real Madrid ha terminado por lastrar mucho su rendimiento. Pese a que Carlo Ancelotti mantiene que a él le gusta jugar a pierna cambiada por el costado diestro, lo cierto es que su capacidad para influir en los partidos y participar del juego se ve muy disminuida. En su primer año aún dio bastantes asistencias marchándose por fuera para centrar con su pierna mala o con el exterior de su bota izquierda, pero esta campaña apenas le hemos visto driblar si no es hacia la portería para disparar con la zurda, una jugada que los rivales tienen más que estudiada. Ahí le cuesta brillar.
Con Gales, sin embargo, es demoledor actuando de mediapunta o por la banda izquierda con su llegada y su velocidad. Si Gareth está en los planes de futuro del Madrid sería bueno que se fuese pensando en darle confianza a través de colocarle en su posición más natural, un problema que ahora mismo tiene el equipo por el elevado número de 'gallos' que actúan por el carril zurdo: Cristiano Ronaldo, Coentrao, James o incluso Isco. Pero todo es adaptable...