Una y no más: Zidane transforma su decepción en una exigencia al vestuario

El empate del Betis le obligó a practicar un discurso paternalista y amable ante los micrófonos de la prensa, pero de puertas para dentro todo está siendo sido muy distinto.

Una y no más: Zidane transforma su decepción en una exigencia al vestuario

Zinedine Zidane volverá al calor del Bernabéu el próximo domingo ante el Espanyol, pero no le ha hecho ninguna gracia el empate ante el Betis en su primera salida como técnico del Real Madrid. Es perfectamente consciente de que la alegría y el positivismo de la afición se ha detenido de forma importante después de un traspiés que no contaba en ningún manual. Pese a que intentó lanzar un mensaje a la plantilla para evitar sorpresas ("saldremos fuertes especialmente en los primeros minutos") sucedió justo lo contrario, algo que le enfadó mucho.

 

"Estoy orgulloso de mis jugadores", fue la frase que el francés reiteró en la primera rueda de prensa en la que tuvo que afrontar preguntas incómodas de los periodistas. El juego, la titularidad de Danilo, el caso de James Rodríguez... Salió airoso y sabe que incluso una crisis deportiva no le salpicaría del todo, ya que el haber llegado al banquillo a mitad de temporada le 'exculpa' en gran parte de lo que acabe pasando esta campaña. Benítez, los jugadores y el palco, por este orden, están por delante. Pero aun así su objetivo es ganar algo en junio. Y con resultados como el del pasado domingo, este Madrid no ganará nada.

 

Por eso se ha puesto manos a la obra. Su mensaje quedó claro en el mismo instante en el que dijo lo que dijo públicamente: de puertas para fuera, cuidará a su plantilla hasta el extremo, pero interiormente tocará las piezas que haya que tocar, empezando por una vuelta de tuerca en dos conceptos: presión e intensidad. 'Zizou' no quiere verse de nuevo sorprendido por un equipo en los primeros minutos de un partido sólo por el simple hecho de que el rival haya salido más 'enchufado'. Esto se corrige quitándole la pelota en campo contrario y corriendo más, al menos en los instantes iniciales.

 

La charla a los delanteros y los medios ya se ha producido. El empate ante el Betis, además, escuece especialmente, ya que el Real Madrid 'aprovechó' la baja de Gareth Bale para reforzar el centro del campo con James, y que hubiese un hombre más en la medular no impidió para nada al Betis ser dueño del juego en los primeros compases del partido.

 

El empate fue un jarro de agua fría para un Zidane que sin embargo sólo fue sincero con una frase en rueda de prensa: "No ganamos porque comenzamos mal". Eso es lo que intentará corregir a partir de ahora, sobre todo lejos del Santiago Bernabéu.