Las confidencias de James Rodríguez al vestuario tras golear al Espanyol

James Rodríguez volvió a sonreir. El colombiano esperaba su primera participación como titular después de bastante tiempo en el Santiago Bernabéu para demostrarle al público que tiene intención de volver 'por sus fueros' y ser el de antes de su lesión y su periodo de ostracismo con Rafa Benítez, y parece que empieza a conseguirlo. Frente al Espanyol logró firmar uno de sus mejores partidos de la temporada, que no es poco, y aunque todavía se le ve algo falto de forma física y le falta una punta de velocidad, empieza a volver a ser ese jugador determinante en el juego de su equipo con números: regates, asistencias..

Y es que sirvió en bandeja el primer tanto de partido a Karim Benzema a los pocos minutos de que comenzase el choque. Un centro medido marca del colombiano, para que el francés rematase a la red con la testa. Poco después, en una pared en la frontal, tuvo la suerte de que su disparo a puerta impactó en un defensa del Espanyol para introducirse en la portería. Un gol 'de rebote' que sin embargo le da confianza y sigue evidenciando que tiene un idilio con la portería contraria pese a ser centrocampista.

James está siendo sometido a un intenso programa de recuperación física con el objetivo de que recupere su mejor tono muscular. La ausencia de pretemporada, unida a la disputa de la Copa América, la mala relación con Benítez, su irregularidad, su lesión... todo ello unido a algunos problemas personales y a una feroz crítica por parte de la prensa han contribuido a que el futbolista haya perdido parte de su chispa, algo que lleva semanas trabajando en sesiones interminables en Valdebebas, asesorado por Zinedine Zidane. Al contrario de lo que pueda decirse, el galo cree en el cafetero y le tiene como una pieza fundamental en sus esquemas.

Ya lo comentó este medio días antes del partido contra el Espanyol: James le había confesado al vestuario que este era su partido, que después de reaparecer como titular frente al Betis necesitaba jugar en el Bernabéu, a ser posible ante un rival que dejara al Madrid la posesión del balón y con todo de cara. Un duelo fácil para reencontrarse consigo mismo. Y eso es lo que le pasó contra los pericos. Se mostró feliz y satisfecho después del encuentro, y así se lo hizo saber a su entorno.