Primer desencuentro entre Peter Lim y la nueva cúpula deportiva del Valencia

Primer desencuentro entre Peter Lim y la nueva cúpula deportiva del Valencia

Dueño y director deportivo practican formas de hacer distintas sólo unas semanas después de su 'matrimonio'.

Otro lío. Mientras Peter Lim, dueño del Valencia CF, se empeña en aferrar a Gary Neville, su amigo, a un cargo en el que nadie le quiere en la ciudad del Turia, el nuevo director deportivo del club, Suso García Pitarch, sigue recabando informes sobre distintos entrenadores que podrían sustituir al inglés ya mismo en el cargo. Desde Juande Ramos hasta Joaquín Caparrós, pasando por una terna de técnicos que ahora mismo no podrían recalar en Mestalla por estar trabajando y que se miran con vistas a la próxima campaña (Pellegrini, Benítez...).

 

Lo curioso de la situación es que, oficialmente, el Valencia asegura no estar estudiando a ningún entrenador de fuera y tener plena confianza en Neville. Tras una reunión esta mañana en Paterna así ha quedado el asunto, pese a que los argumentos para mantener en el cargo a un hombre que no conoce el idioma, que ha sacado 5 puntos de los últimos 27 posibles, poniendo al equipo a tiro de piedra del descenso y que no muestra la más mínima empatía al ser cuestionado por su falta de resultados agarrándose al sillón sean nulos.

 

Mestalla dictará sentencia, casi más que el Espanyol, el próximo fin de semana en un duelo que podría abocar al Valencia definitivamente a terminar la temporada luchando activamente por evitar bajar a Segunda División. Pero preocupan estas informaciones contradictorias, que hablan del trabajo de García Pitarch en los despachos aun cuando su 'jefe' pretende no hacer nada pese a la situación del equipo. ¿Caminan ya tan pronto por senderos diferentes?

 

Mientras tanto, ninguno de los supuestamente 'sondeados' acaba de dar el paso de dejarse querer excepto Pellegrini que, no obstante, no podría hacerlo hasta la próxima temporada. Preocupante. Una situación de desgobierno que afecta negativa e inevitablemente aún más a la moral de la plantilla y de la afición valencianista.