El "inexperto" atiza a sus críticos con tres lecciones maestras en Roma

"Sabremos si Zidane es buen entrenador cuando salga del Real Madrid". El francés se rebela contra los escépticos

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"El Real Madrid no es el equipo justo para saber si será buen entrenador. En el Madrid, el entrenador es un gestor, que es lo que le sirve de verdad. Hay que tener una muy buena relación con el presidente. Por ahora, Zidane hace lo que quiere Florentino y el Bernabéu, que son muy exigentes. Pero no sabremos si es buen entrenador mientras esté en el Madrid". Estas palabras son del periodista Matteo Pinci, del diario italiano 'La Reppublica', contactado por los compañeros de El Confidencial en la previa del duelo que Roma y Real Madrid disputaron anoche en el Olímipico de la capital italiana, logrando un 0-2 que prácticamente 'mata' la eliminatoria de octavos de la Champions League. Pero este resultado, logrado en un partido no excesivamente brillante de los blancos pero sí el mejor fuera de casa desde que el francés se sienta en el banquillo, empieza a demostrar que lo que está haciendo 'Zizou' en sus menos de dos meses dirigiendo al equipo merengue es algo más que tener contentos a los jugadores.

Y es que el Madrid, aun sabiéndose superior a la Roma durante todo el encuentro, tuvo que enfrentarse, probablemente, al mayor desafío táctico en meses y el más grande con Zidane de técnico. El conjunto local demostró ser fiel a la estética y el guión del fútbol italiano, colocando una 'malla' defensiva de dos líneas muy juntas de hombres que, apoyándose en una presión alta sobre la defensa y el medio campo visitantes, hicieron que el Madrid se quedase sin disparar a puerta en toda la primera parte. En ese momento las dudas sobre el resultado final en el aficionado merengue existían.

Pero en el segundo tiempo apareció Cristiano Ronaldo para marcar un golazo de los suyos, de los de antes: carrera por la banda izquierda, regate hacia dentro con un recorte y derechazo a la escuadra del palo largo del portero. Un tanto de la vieja escuela de CR7, que con Zidane ha regresado a su lugar natural, la banda, esa que abandonó a principios de 2015 por motivos físicos y porque "ya no está para correr tanto", decían casi todos los expertos. La tendencia iba a ser que jugase de delantero centro, valiéndose de su buen instinto rematador y renunciando a todo aquello que le hizo ser Cristiano Ronaldo y no un simplemente buen futbolista en su carrera: la potencia, el desborde, el regate y la velocidad. El técnico francés se propuso enterrar todas esas previsiones fatídicas, o al menos tratar de alejarlas lo más posible en el tiempo. Le ha dado al luso confianza, le ha devuelto sitio y galones y en privado le somete desde hace semanas a un exhaustivo plan de recuperación física y dietética adaptada a su edad y a sus nuevos tiempos. Los últimos partidos han demostrado que, más que un simple gestor, el francés ha dado en el clavo con esta decisión.

Zidane

Y además de eso, este Madrid de Zidane, que podrá jugar mejor o peor, se esfuerza más. Corre más, juega más al ataque, marca más goles y cada vez va defendiendo mejor. 109,027 kilómetros hicieron este miércoles en Roma, cuando con Benítez la media era de 107,020, según el diario As. El galo ha sabido recuperar al mejor Kroos, sin apenas fallos ante los romanos, mejorar a Modric, trabaja con un James que va a más y le saca partido a Kovacic cuando Isco no está fino. Todo eso es trabajo técnico y táctico. Éxitos del Zidane entrenador.

Por supuesto, la actitud de los jugadores cuenta, y la actitud con respecto a la era Benítez es otra. Es un hecho. Pero también que para que eso suceda el 'jefe' tiene que ganárselo, como Zidane se ganó el abrazo de todos sus futbolistas tras anotar Cristiano (a la postre, sustituido y con una sonrisa en la boca) el 0-1 en el Olímpico en una carrera hacia la banda muy ilustrativa. Trabajo, empatía y variantes tácticas. Las principales armas que de momento está exhibiendo este Real Madrid de Zinedine Zidane.