Los ‘amiguismos’ de Zidane en la plantilla disparan las alarmas en el Madrid
Jugadores del Real apuntan el retorno de los privilegios de la época de Carlo Ancelotti
Aviso a navegantes: Zidane copia los peores vicios de Ancelotti en el Madrid. El italiano, que llegó al Real Madrid para pacificar el club después de que el 'ciclón Mourinho' dejase una plantilla asolada y enfrentada, perdió el control del vestuario hasta el punto de dividir a la plantilla en dos. La historia se repite con 'Zizou'.
El adiós a la Liga -de puertas a dentro- ha abierto una herida que ya apuntaba a pus en las últimas semanas. Zidane se ha convertido en un amigo de los capos de la plantilla. El mando está en manos de Ramos, Marcelo y Cristiano Ronaldo que, tras unas primeras semanas de tanteo, se están ganando la partida a Zinedine. Como en el caso de Carlo, querido/idolatrado por los CR7, Ramos, y compañía porque con él han pudieron hacer lo que les venía en gana, con Zidane han vuelto los privilegios de algunos generando jugadores de primera, segunda y tercera en la caseta.
Una realidad filtrada por el sector del vestuario del Madrid menos mediático y más 'currante' que avisa a las alturas situaciones/decisiones que ejemplifican la ascendencia de algunos jugadores hacia el técnico y viceversa.
Fuentes internas cuentan que éste sector más crítico ha hecho llegar a hombres de peso del Madrid los privilegios que futbolistas como Cristiano, Marcelo, Sergio Ramos, Karim Benzema o James Rodríguez han conseguido de su entrenador. Privilegios de fondo y forma en el día a día, y en cuestiones de índole personal, que han generado roces en la plantilla y que están pasando factura en la unión del vestuario.
Las mismas voces afirman que estos mismos futbolistas habrían comunicado a varios directivos el peligro de volver a la 'manga ancha' de Ancelotti, la autogestión, que terminó por echar al italiano del Madrid. Y es que a su parecer lo único que ha venido manteniendo el problema en silencio desde el aterrizaje de Zidane ha sido la racha ganadora. Goleadas efímeras que sirvieron para tapar los problemas de fondo de un vestuario en manos del triunvirato.