La clase media del Real Madrid señala a dos cracks del equipo
Un sector de la plantilla apunta problemas de fondo en el grupo
El vestuario del Real apunta a culpables. El empate en Málaga ha sacado los colores en la plantilla, en especial entre aquellos jugadores de la clase media que ven como los líderes se han dejando ir. Las críticas apuntan a la pareja Ramos/Cristiano. Capitostes que, cuentan desde dentro, no están ejerciendo en el campo el liderazgo que demandan en el vestuario.
Los 'currantes' del Real Madrid avisan de un problema mayor. CR7 se ha especializado en apabullar a los 'pequeños' para no ser determinante en los partidos a cara o cruz. Abrir la lata ante un equipo de pandereta en la Champions o hinchar la cuenta goleadora con goleadas efímeras no le sirve al grupo. La Liga se pierde en Málaga. Pero empezó a perderse en campos y contra equipos en los que la auto-proclamada estrella en el Madrid no estuvo a la altura. Lo mismo en el caso de Sergio Ramos.
En el grupo crece el runrún de que Sergio está más pendiente de atender otros quehaceres en Sevilla que del Madrid. Las puñaladas van que vuelan. La renovación a precio de crack no gustó a una plantilla que sigue sin verle la gracia al andaluz en el campo. Jugadores como Kroos o Modric se preguntan por qué Ramos cobra lo cobra si en el césped, esta temporada, no supera las prestaciones de Varane.
Una clase media que reclama que Cristiano y Ramos ejerzan el liderazgo que reclaman en el campo. E n partidos clave- Athletic, Atlético, Barcelona, Betis, PSG y compañía- no han estado, o bien por lesión, en el caso de Ramos, o por 'ausentismo' en el terreno, léase CR7.
El luso, además, y a diferencia de Sergio que, más listo, sabe callar, no duda en tirar con bala al vestuario con aspavientos/comentarios para justificar su falta de gol en encuentros determinantes que dejan en mal lugar al grupo. Un grupo que está hasta el gorro de la doble cara del portugués y que advierte, con preocupación máxima, que Ronaldo dejó de ser hace mucho el líder que necesita el Madrid. Ramos no sale mejor de la escabechina.