Los temores en el vestuario del Madrid respecto al próximo rival en Champions

Con la Liga perdida, algo que reconocieron tanto los jugadores como el propio Zinedine Zidane tras el derbi madrileño, las noches de Champions son lo único que le queda al equipo y al madridismo a la hora de pensar en algo motivador esta temporada. Y por eso, nada más terminar el duelo que los blancos ganaron a los italianos por 2-0 en el Bernabéu este miércoles, en el vestuario ya se hacían quinielas para dilucidar qué equipo es el favorito de los futbolistas a la hora de afrontar los cuartos de final.

La Undécima es el gran objetivo de todo el club para evitar otro año en blanco, con la estabilidad del proyecto pendiente de un hilo, pero los jugadores coincidieron en una cosa: miedos cero. "En el sorteo lo que toque está bien, lo vamos a ver tranquilamente. Ahora tenemos que descansar y pensar en el domingo", explicaba Zidane en rueda de prensa. "Para nada evitar al Barça, para ganar la Champions hay que ganar a los mejores, que más da cuartos, semis o la final", se atrevía a reflexionar Sergio Ramos ante los medios.

Así se sentía el vestuario después del triunfo. Sin miedos ni confianzas, centrados en mejorar partido a partido y conscientes de lo que hay por delante. Las constantes decepciones del presente curso han hecho costra en una psicología interna dentro del Real Madrid que lleva a pensar en que ya poco puede ir peor, y que dentro de ese clima es cuando históricamente el equipo ha sacado lo mejor de sí mismo. Algo parecido al año 2014, cuando Carlo Ancelotti llegó al final de la temporada con la soga al cuello pero con las balas de la Copa del Rey y la Champions, que terminó aprovechando.

La aportación de los suplentes ante la Roma, o los 'secundarios' más bien -Lucas, Casemiro- demostró que el grupo va a una en cuanto a compromiso, y que los futbolistas se han dado cuenta de que todos serán importantes de cara a dar el nivel de aquí al final de la temporada.