El hermano de Sergio Ramos traslada toda la presión al Real Madrid
René Ramos, agente del defensa, asegura que no hay otras ofertas sobre la mesa, evita hablar de dinero, reitera que la gran prioridad es el club blanco y espera una llamada de Florentino Pérez
La pelota está en el tejado del Madrid. Así se ha encargado de escenificarlo el hermano y agente de Sergio Ramos, René. En las últimas horas, ha asegurado que no hay otras ofertas de equipos interesados en hacerse con los servicios del central, ha evitado entrar en términos económicos, ha reiterado la fidelidad del jugador al club blanco y ha señalado que espera la llamada del presidente, Florentino Pérez. Una actitud que algunos pueden interpretar como ponerse la venda antes de hacerse la herida. O dicho de otro modo, si al final Ramos deja la entidad, con el panorama que ha pintado no será porque no haya puesto todo de su parte para evitarlo. Dejando, además, un leve resquicio para una posible marcha si no se llegara a un acuerdo.
"No entramos en las renovaciones y fichajes que haga el club, nosotros nos fijamos en lo que pase con Sergio. Está muy contento en el Real Madrid, no entramos en lo que se habla de ser el segundo mejor pagado del Real Madrid. Le veo con la camiseta del Real Madrid mientras tenga contrato con el club, cuando me llame el presidente, hablaremos. No han llegado ofertas", ha asegurado el agente de Ramos en unas declaraciones recogidas por El Chiringuito de Jugones.
El contrato del defensa acaba el 30 de junio de 2017, dentro de poco más de dos años, y ya habría expresado sus deseos de recibir una mejora salarial. La afirmación de "le veo con la camiseta del Real Madrid mientras tenga contrato con el club" podría ser un recado del todo envenenado y, a la vez, un salvavidas momentáneo. En la entidad blanca, de momento, no hay prisa, a pesar de la aparente impaciencia del jugador, de la que ya se habrían hecho eco muchos medios. Si contempla, por lo menos, cumplir con su actual compromiso, tiempo habrá para hablar, se piensa en el club. Y el reloj, desde luego, no aprieta. De momento.