Pogba responde al guiño de Neymar mientras negocia con el Real Madrid
Zidane marca la llegada del francés como un imprescindible en el club blanco
Las cartas de Pogba están marcadas. El francés ha respondido al piropo de Neymar -"Me gustaría jugar con Pogba"- con otro piropo -"¿Que Neymar ha dicho que me espera en Barcelona? Siempre es bonito que un gran jugador con él diga cosas así de ti”- mientras negocia con el Real Madrid.
La única fórmula (real) de que Neymar y Pogba coincidan en un mismo equipo es de blanco en el Madrid. El Barcelona soltó el señuelo de la llegada de Paul una vez ganadas las elecciones. Ni hay dinero, ni sitio. Y Neymar sigue barruntando su futuro con el Real sin perderle ojo.
En paralelo, las conversaciones entre Pogba/Raiola/Madrid se intensifican. El francés se ha convertido en el principal objetivo de Zidane para la zona de construcción. El club blanco tiene marcada la llegada del medio la 'Juve' en rojo.
Las conversaciones mantenidas entre las partes van definiendo la hoja de ruta. El club no pasará de los 80 millones por el galo – en Turín lo tasan en 100 'kilos'- y está dispuesto a incluir a Isco/Morata en el operativo. Un precio justo y ya está. Si no es así, no irá.
Raiola, por su parte, sigue jugando la partida. "La Juventus solicita 100 millones para venderle y nosotros estamos en la misma línea. Si no recibe un proyecto alternativo adecuado, estamos dispuestos a renovar", asegura Mino. Pogba, decidido a ir al Madrid esta misma temporada, quiere dar el salto a la Liga y presiona a Zidane para suavizar la postura del presidente, Florentino Pérez, con Raiola/Juventus.
Florentino, por su parte, lleva pero que mal las amenazas de renovación del agente si el Real no se llega un precio excesivo -100 'kilos'-. El club no quiere ni va a entrar en subastas. Tiene a el as en la manga de Morata e Isco en cartera. Conoce la 'obsesión' de Zidane, pero no va a hacer de ello un arma arrojadiza en su contra. Pide la implicación del jugador en el proceso: si Pogba quiere jugar en el Madrid debe demostrarlo. Tomar las riendas de su futuro y no dejar que sea Raiola quien siga marcando el tempo a final de curso. La pelota está en el tejado del francés.