Dos meses después, el Real Madrid ya tiene a tiro el campeonato de Liga

Superado el bache de principio de año, el equipo de Ancelotti ha vuelto a recuperar las buenas sensaciones y sólo espera un fallo más del Barcelona para hacerse con el liderato y el campeonato.

Dos meses después, el Real Madrid ya tiene a tiro el campeonato de Liga

 

Luis Enrique lo tenía claro, no se veía con diez victorias en los últimos diez partidos del campeonato. Ancelotti sí lo creía posible. La fe mueve montañas y de momento, calendario más favorable hasta la fecha, parece que es posible. El tropiezo del Barcelona en Sevilla ha dejado la liga más apretada que nunca. Un fallo más del equipo azulgrana dejará el campeonato en bandeja a este Real Madrid que ha recuperado el buen juego, las sensaciones y los resultados.

 

El calendario

Todos los partidos de aquí al final serán decisivos. Pero hay tres jornadas quizás más complicadas que el resto y que pueden decidir el vuelco en la clasificación. La primera es la próxima. El Barcelona recibe al Valencia, que necesita sumar puntos si quiere seguir aspirando a jugar la previa de la Champions League el próximo año. El Real Madrid por su parte juega en casa ante el Málaga, que viene de una trayectoria irregular en las últimas jornadas. Si el Barcelona no consigue la victoria el próximo domingo el campeonato puede ser ya blanco.

 

El siguiente momento importante será la visita del Real Madrid al Sánchez Pizjuán. Ya pudimos ver ante el Barcelona como se lo gastan los andaluces en su estadio. No será un partido fácil para los de Ancelotti, y los de Emery quieren volver a ser decisivos. Se juegan su clasificación para Champions.

Y por último la visita del Barcelona al Calderón en la penúltima jornada. Si el Barcelona conserva todavía el liderato, ahí se jugará la Liga. Antes pudo haber pasado de todo, el calendario tiene sus complicaciones para los dos equipos. Siete finales quedan para los dos. El Real Madrid llega con la moral alta, mejor juego y sus estrellas muy motivadas. El Barcelona parece haber perdido ligeramente el rumbo, pese a la primera media hora que se vio en Sevilla. La MSN no acaba de funcionar, Neymar y Luis Suárez están desaparecidos y Messi no puede tirar del carro solo. El medio del campo ya no es lo que era, y la defensa comete fallos que cuestan un partido.

 

La nueva racha del Madrid

Ancelotti puso en marcha las rotaciones ante el Eibar, y le salió bien. El partido no era nada complicado, en casa, y después de la goleada al Granada los vascos venían suplicando clemencia antes de empezar. Tal vez el italiano ha movido tarde el banquillo, pero los resultados han sido posivos. No es el Madrid del once titular, pero también se ganan tres puntos así, dependiendo del rival que tienes delante. Si hubieran llegado antes las rotaciones posiblemente el técnico blanco se hubiera ahorrado algunas fatigas físicas de sus estrellas.

 

El once blanco está muy claro. Contra el Eibar jugaron los menos habituales y descansaron los que tienen que enfrentarse al Atlético de Madrid este martes. Ancelotti tiene claro quién y cómo va a jugar contra los de Simeone, pero pudimos ver que banquillo hay. Illarramendi, Jesé o Chicharito saben que tienen muy difícil seguir la próxima temporada en el Bernabéu, pero quieren salir 'matando' y reivindicándose en cualquier oportunidad que tengan de aquí al final. Es muy complicado gestionar un banquillo como éste y siempre hay damnificados, pero para ser campeón no basta con once, y Carlo lo sabe.

 

El partido contra el Eibar fue de poca intensidad pero se pudieron ver algunos detalles. Chicharito tiene gol y es una pena que no lo hayamos visto más veces en el terreno de juego. Hace unos días mostraba su malestar por ni tan siquiera tener oportunidades. Ya la ha tenido, y ha demostrado que se entiende bien con Cristiano y que puede ser un jugador importante. Metió un magnífico gol de cabeza a pase de Arbeloa y pudo haber conseguido un par más. El mexicano merece más, pero el tiempo se le acaba y sabe que cuando llegue junio volará a otro destino.

 

Por su parte, Jesé mejoró en algunos aspectos a Bale. Presionó y ayudó en defensa, algo que el galés no acostumbra. Todavía le falta la chispa que tenía antes de la lesión, pero sabe que tiene que aprovechar las pocas oportunidades que tiene para demostrar que puede ser válido para este Real Madrid.