La historia de rivalidades y alianzas tras la continuidad de Zidane en el Madrid

La historia de rivalidades y alianzas tras la continuidad de Zidane en el Madrid

La noticia es muy positiva, pero la historia que la ha precedido está llena de momentos muy diferentes entre sí.

Zinedine Zidane seguirá siendo el entrenador del Real Madrid la próxima temporada. Esa es la noticia que se desprende este sábado de varios medios de comunicación, entre ellos Sport o vozpópuli, a un día de que el equipo blanco afronte su penúltimo partido de Liga –antepenúltimo de la temporada- en el Bernabéu y ante el Valencia. Será la despedida de los blancos del Santiago Bernabéu este curso, para cerrarlo en el plano doméstico en La Coruña la próxima semana, quién sabe si con el título bajo el brazo, y afrontar después la final de la Champions League el próximo 28 de mayo en Milán.

 

Pese a que el duelo tendrá también otras despedidas, como la de un Álvaro Arbeloa que este viernes se convertía en trending topic en Twitter por las muestras de cariño que ha recibido de la afición merengue, Zidane será el protagonista principal de un choque que podía haber supuesto su último encuentro en el coliseo madridista sólo unos pocos meses después de sentarse en el banquillo como primer entrenador. No será así, y Zizou continuará, afrontando, en principio, los dos años que le restan de contrato. Aunque ya saben: aquí cuenta el trabajo que se haga temporada a temporada.

 

El caso es que Zidane no lo ha tenido fácil a la hora de convencer a Florentino Pérez para quedarse en el Real Madrid, o eso es lo que aseguran algunos de los citados medios, como vozpópuli. Y eso, que el francés fue el elegido por el mandatario para sustituir a un Rafa Benítez que tenía de uñas al vestuario y a la afición. Zidane siempre fue una de las debilidades de Florentino, primero como jugador y después visto como un potencial técnico de la casa, para muchos años. Pero el citado medio asegura que toda la ilusión con la que Pérez le puso en el cargo, para algunos en una decisión algo prematura (no estaba preparado, desde luego, por experiencia adquirida), se le fue en el día en el que el Real Madrid cayó por 0-1 ante el Atlético de Madrid en el derbi del Bernabéu de la segunda vuelta, un choque que terminó con gritos en contra del mandatario de parte de la grada y tras el que el entrenador declaró que la Liga estaba perdida.

 

A Florentino, cuentan muchas crónicas, le sienta aun peor perder contra el Atlético que contra el Barça. Y hacerlo en casa y mostrando la impotencia que el Madrid mostró aquel día de febrero, dinamitando el breve ‘efecto Zidane’, desesperó al presidente, que llamó una vez más a Mourinho para pedirle que se hiciese cargo del equipo la próxima temporada y metiese al vestuario en vereda. Ese es el verdadero objetivo del mandatario desde hace tiempo y el caballo de batalla que mantiene con la plantilla, algo que no hace más que destruir entrenadores.

 

Pero Zidane, que siempre fue un hombre cercano al presidente, se alineó con el vestuario. Fue partidario del modelo Ancelotti desde el principio, de la mano blanda, con el abrazo de Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos con el francés nada más marcar el luso el primer gol del Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions en Roma como máxima expresión del mensaje que los futbolistas le mandaban a la cúpula directiva: se había ido Benítez, que era mano dura, y querían que se quedase Zidane, como quisieron a Carletto en su día. El pulso estaba servido.

 

Que Pérez y la plantilla mantienen sus diferencias con respecto a varios aspectos del club, y que constantemente mantienen una pequeña batalla con los entrenadores de perfil autoritario (presidencial) o pacifista (para tener contentos a los jugadores) es algo de lo que se ha hablado y mucho en los últimos tiempos en el Real Madrid. Parece que alcanzar la final de la Champions ha servido para que los jugadores le ganen a Pérez esta pequeña batalla. Pero cuidado, que si el Atlético vence en Milán…