El 'gran engaño' (positivo) de Zidane que condiciona su futuro en el Real Madrid
Puede que al entrenador francés le valga ahora con lo que hace, pero la próxima temporada habrá que ver cómo evoluciona en sus decisiones.
Hace ya cuatro meses que el Real Madrid decidió prescindir de Rafa Benítez y ascender a Zinedine Zidane como entrenador del primer equipo. Un movimiento precipitado por varios motivos, pero sobre todo por dos, principalmente: la irregularidad en juego y resultados del equipo, que provocaba que el rumbo de la temporada fuese cada vez peor y más alejado de los títulos, y la pérdida de confianza del vestuario y de una afición que ya protestaba hasta en las victorias con el entrenador madrileño. Lo que había sido una apuesta por la mano dura con la plantilla tras la etapa de Carlo Ancelotti, el intento de recuperación de un equipo sólido y la regularidad, había fracasado estrepitosamente.
Benítez, un hombre con cierta mala prensa a pesar de su condición de entrenador español, siempre acusado de defensivo, no cayó de pie en el Real Madrid, un lugar donde sólo unos pocos habían apostado por él cuando prácticamente nadie estaba convencido de su perfil desde el principio. Y Zidane representaba la regeneración de esa ilusión, enmarcada en la figura que le había dado al club la novena Copa de Europa. Un mago del esférico en sus años de futbolista, una leyenda de la entidad y un icono de la afición colocado en el banquillo, delante de unos jugadores que todavía le recuerdan como fino estilista del esférico y que le profesan una admiración sonada. Era la combinación perfecta de la vuelta al paternalismo con el vestuario y la suficiente personalidad como para tener cierto control del mismo.

Sin embargo, con lo que algunos seguramente no contaban (y no están contando) es con lo que Zidane ha hecho, con algunos detalles futbolísticos. Y a esto se refiere el diario Extraconfidencial, que de la mano del periodista Felipe de Luis pone la mano sobre el punto defensivo que Zizou le ha otorgado al equipo. Con gusto por el fútbol de ataque y por los jugadores talentosos, el francés se dio cuenta pronto de que el once inicial del equipo necesitaba un ancla sobre la que equilibrarse en la medular, y ahí encontró a Casemiro. El brasileño empezó a tener minutos con Benítez y, precisamente, sus inclusiones en el once inicial provocaban siempre críticas hacia el técnico por no ser fiel al estilo que pedía la gente.
Benítez fue moldeable y permeable a las peticiones de la prensa y del público, incluso a pesar de que fuesen contra sus convicciones. Pero muchas de las cosas que al madrileño se le criticaban, se le permiten ahora a Zidane, e incluso son calificadas de decisiones brillantes. Un punto hipócrita que se permite simplemente porque el galo tiene mejor prensa y mucho mejores formas de hacer las cosas.
Este Real Madrid de Zidane, que quiere que sus chicos lo borden sobre el césped, es más equilibrado pero mantiene en el banquillo de forma habitual a sus dos centrocampistas más virtuosos, juega más en largo y se defiende más que hace meses, usando de nuevo el contragolpe como arma. Pero pocos parecen admitirlo.
Mientras desde el citado medio se expone este punto de vista, habrá que ver si público y prensa siguen tan de la mano de Zidane la próxima temporada si es que el francés mantiene esta apuesta. Sobre todo, si no se gana ningún título este curso.