Luis Enrique no se somete a nadie desde que Zubizarreta se fue del Barça

Se desentiende del trabajo de la comisión técnica planificando altas y bajas con la excusa de que bastante tiene con el día a día.

Luis Enrique no se somete a nadie desde que Zubizarreta se fue del Barça

En el FC Barcelona se están produciendo situaciones muy curiosas a nivel técnico. Por ejemplo, Luis Enrique considera vital la presencia de Dani Alves en la formación titular de su equipo mientras el club se muestra partidario de sacárselo de encima este verano. Se trata de una contradicción que pone de manifiesto la falta de sintonía que reina entre el técnico y la cúpula directiva del FC Barcelona. Luis Enrique recuerda que nadie en el Barça era capaz de negarle a Pep Guardiola un capricho. Llámese Chygrynskyi, Ibrahimovic o Hleb. En esa época lo vivía de cerca como entrenador del Barça B y ahora entiende que no está recibiendo el trato que merece el entrenador del FC Barcelona.

 

A Luis Enrique no le han sentado nada bien los toques de atención que ha recibido de Bartomeu para que deje tranquilo a Messi y le permita jugar siempre. También ha recibido avisos por Neymar. No deja de sorprender que el fichaje que puede llevar a la cárcel al presidente del club es cuestionado por el técnico, considerándole prescindible y dejándole en el banquillo o sustituyéndole en la mitad de los partidos que disputa. Tampoco le gustó a Luis Enrique el cese fulminante de Andoni Zubizarreta, con quien mantenía una relación muy fluida.

 

La cuestión es que desde que empezó a funcionar la nueva comisión técnica encargada de planificar las altas y las bajas, compuesta por Carles Rexach, Ariedo Braida y los directivos Jordi Mestre y Javier Bordas, Luis Enrique se ha desentendido de la planificación a medio y largo plazo y ha puesto como excusa que bastante trabajo tiene preparando el próximo partido. Es su respuesta al escaso interés que nota en la directiva por cumplir su deseo de que Alves siga en el Barcelona. El técnico ha optado por entenderse directamente con el presidente, saltándose la comisión técnica, cuando quiere comunicar algo al club.

 

Entre la directiva existe la sospecha de que Luis Enrique se vuelca en el día a día con la esperanza de acabar la temporada con una buena recolecta de títulos, momento que aprovecharía para salir del club evitándose los conflictos que pueden salpicarle durante las elecciones a la presidencia, consciente de que el hecho de ser el técnico de Bartomeu le inhabilita para entrenar al Barcelona si cambia la identidad del presidente el próximo mes de julio.