Segundo pulso Zidane-Florentino por un fichaje: ¿ganará de nuevo el francés?

Por muy bien que vayan las cosas en el Real Madrid, que arregló la temporada (y de qué manera) ganando la Champions League a finales del mes de mayo, parece que siempre tiene que haber algún asunto algo complicado que vuelva gris la actualidad merengue. Ahora es tiempo de pretemporada y, por tanto, de fichajes y salidas, y los refuerzos que hagan los blancos se mirarán con lupa. El club obtuvo la cautelar de la FIFA para poder fichar este verano, pero se enfrenta a dos ventanas de fichajes sin capacidad de movimientos, de modo que se esperan decisiones imporantes en este periodo estival.

Decisiones que, ojo, pueden conllevar fichar poco, si es que se considera que la plantilla tiene la suficiente calidad y es lo suficentemente joven como para apostar por ella. Y parece que esa es la visión de Zinedine Zidane, que en su empeño por darle prioridad al aspecto futbolístico dentro del grupo y ganarse todavía más a los jugadores, no pretende hacer grandes cambios. Es más, apuesta por reforzar dos o tres posiciones clave y darle más oportunidades a algunos futbolistas que esta campaña no estuvieron a su mejor nivel, o no tuvieron los minutos que esperaban.

En este sentido, existe mucho interés por ver si el criterio deportivo del entrenador francés se impone sobre los supuestos deseos de la cúpula directiva, presidida por Florentino Pérez, de hacer fichajes de postín que ilusionen al aficionado aunque no sean necesarios o provoquen tensiones innecesarias en el vestuario. Fútbol contra márketing, la eterna polémica que rodea al Madrid en todos los periodos de mercado y de la que muchos medios llevan años acusando al mandatario. Sea o no cierta, la verdad es que en este hipotético pulso entre presidente y técnico, Zizou parecía haberse llevado el gato al agua en su primera diferencia de criterios: El galo ha hecho valer su decisión de contar con Keylor Navas como portero titular para la próxima temporada, cuando la intención de Pérez era fichar a De Gea.

Y ahora, parece que se viene otro pulso entre ambos, este más complicado: la intención del Madrid a la hora de firmar a una gran estrella internacional es hacerse con Paul Pogba. El centrocampista de la Juventus y de la selección francesa es pretendido por los grandes de la Premier League y está considerado uno de los mejores futbolistas jóvenes de la actualidad. Su precio sería altísimo (se habla de unos 120 millones de Euros) y habría que meterle con calzador en una plantilla en la que alguno de los talentos del medio campo madridista se vería obligado a salir, con Kovacic, James e Isco con todas las papeletas. El marcado carácter de Pogba, su estatus y el sueldo que cobraría podrían suponer una bomba de relojería para el vestuario, además de tener Zidane que adaptar el equipo a su compatriota, ya que al contrario de lo que muchos piensan, el jugador no es un centrocampista que valga para actuar como pivote defensivo.

Según numerosas fuentes, Zidane no dice que no a Pogba pero trata de hacer que el club cambie de parecer. En lugar de al jugador de la Juve pretende a N'Golo Kanté, mediocentro defensivo del Leicester City. Un futbolista de perfil medio-bajo, todavía poco conocido (se ha hecho un nombre al ser el eje de la medular de los Foxes, campeones por sorpresa de la Premier League este año). Aunque le comparan con Makelele y Zizou cree que es un hombre que puede equilibrar bien el medio campo del Madrid y darle cobertura a Casemiro, Kanté no enamora al club. El fichaje sería mucho más barato y el sueldo del jugador asumible, pero no se trataría de un fichaje 'Galáctico' desde el punto de vista publicitario.

Así pues, la incertidumbre y el morbo están en ver si prevalecen los deseos del entrenador, o de la entidad en este asunto. Zidane ganó el primer pulso por la portería, y ahora viene el siguiente. Acusado de meterse constantemente en la configuración de la plantilla y en las alineaciones aunque se reitere de forma oficial que el técnico tiene total independencia, Florentino Pérez tiene una segunda 'patata caliente' entre manos.