Filtran el aviso a un jugador del Real Madrid en el vestuario de Elche

La situación de Jesé Rodríguez en la plantilla blanca empieza a ser un serio problema para Carlo Ancelotti

Filtran el aviso a un jugador del Real Madrid en el vestuario de Elche

Jesé Rodríguez está quemado. El canario ha disputado 12 encuentros desde que reapareció con gol incluido el pasado 2 de diciembre contra el Cornellà en la Copa, tras 259 días lesionado, y en ninguno de ellos ha sido titular, salvo el aciago amistoso contra el Milan en Dubai (2-4). Tras su regreso a los terrenos, el canterano no está hallando la tierra prometida por Carlo. Una situación que empieza a incomodar en exceso al futbolista que, tras este inicio de 2015, tiene claro lo que en el Bernabéu era un secreto a voces: su futuro no pasa por el Real. Benzema, Bale y Cristiano son escollos insalvables para la progresión de un futbolista que no está encontrado minutos en el Madrid.  

 

El partido en el que Jesé ha jugado más fue en el aplazado ante el Sevilla, disputado el pasado 4 de febrero en el Bernabéu. El canario jugó 64 minutos después de sustituir al lesionado James Rodríguez y anotó el 2-0 definiendo con un derechazo. Después nada. La última joya salida de la cantera merengue necesita continuidad para volver a ser importante en el equipo, pero Ancelotti se lo está poniendo muy difícil. En Elche, el jugador evidenció su malestar públicamente. Un detalle que no ha gustado un pelo al técnico ni en un vestuario que pide calma más que nunca. 

 

Jesé no se tomó nada bien que Carlo Ancelotti le sacara en el minuto 92 de partido, cuando el Real Madrid ganaba por 0-2 al Elche. El canterano, efímero relevo de Karim Benzema, salió muy molesto del estadio Martínez Valero ya que a los pocos segundos de entrar al terreno de juego, el colegiado Iglesias Villanueva pitó el final del encuentro.

 

Carlo Ancelotti justificó así la polémica: "Hice el cambio para perder tiempo. Estaba previsto tres minutos antes, pero el balón no salía para poder sustituirle". Unas palabras que, según fuentes presenciales, habrían tenido continuidad en el vestuario y en las que un peso pesado del equipo habría recrodado al futblista la unidad del grupo por encima de los intereses personales.