Ancelotti saca pecho gracias a incumplir una promesa

Estéticas aparte, la apuesta por Ramos de mediocentro le salió bien

Ancelotti saca pecho gracias a incumplir una promesa

La posibilidad que veníamos apuntando en este medio, así como en otros muchos, de que Carlo Ancelotti apostara por tres centrales para el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions contra el Atlético de Madrid y que se veía sólo como una solución que, asegurábamos, el italiano no iba a poner en práctica para un choque tan importante sin haberla ensayado nunca, resultó ser cierta... a medias. Carlo apostó finalmente por esos tres futbolistas que apuntábamos -Sergio Ramos, Pepe y Varane- en el once titular, aunque con una variación táctica: No modificó el dibujo y el sevillano jugó de mediocentro.

Ramos en el centro del campo, como en el Camp Nou. Ramos y no Pepe, el defensa más acostumbrado a reforzar la medular debido a sus largas temporadas de 'stopper' con Mourinho, una función que en aquella época resultó tan polémica como efectiva. A Ancelotti le gusta más el andaluz en esa posición y es algo que no ha escondido desde que llegó, ya que cree que tiene condiciones para jugar ahí. Y colocar al portugués hubiera sido menos sorprendente dentro de lo sorpresivo, puestos a arriesgar.

El caso es que la jugada le salió bien al técnico porque el Madrid ganó. Y esto es así, tal como suena. Al final, la eterna discusión futbolística entre sacrificar el juego estéticamente bonito a cambio de resultados o morir en base a una idea de estilo se resume básicamente en dos conceptos: Objetivos y tiempo. Si a través de un plan feo logras ganar, podrás mantenerlo hasta que se te exigirá mejorar tus maneras pero seguir ganando; si por el contrario, eres preciosista pero no logras alcanzar los objetivos de este deporte, acabarás igualmente condenado. Al Madrid le acosaron las bajas y su entrenador decidió que por un partido era conveniente dejar a un lado las formas y ser resultadista. 

Pero después de la euforia y el delirio propiciado por el gol de Chicharito, quedan conclusiones con las que el Madrid, su afición y el propio Ancelotti tendrán que lidiar de aquí al final de la temporada. En un coloquio con periodistas y sin micrófonos de por medio, algo que es de sobra conocido, el italiano reconoció que su primer experimento con Ramos de mediocentro en el Camp Nou, a los pocos meses de aterrizar en el Madrid, fue un error por su parte y prometió no volver a hacerlo más. Mentía... algo que ayer tuvo que recordar al reírse cuando le preguntaron en sala de prensa: "Me mataron por aquello pero sigo vivo". En realidad nunca había abandonado sus ideas, esas que le han llevado a la gloria tantas veces a pesar de las críticas y las acusaciones de ser dócil o poco intervencionista.

Por si fuera poco, el mensaje mandado a la plantilla después de la variante táctica es más que claro: Hay más confianza en un central de mediocentro que en los tres mediocentros suplentes que podrían haber jugado en lugar del lesionado Modric: Entre Lucas, Illarra y Khedira se suma un valor total de 64 millones de euros. Parece que no son suficientes de cara a una final o un partido trascendente y también es lógico, ya que los precedentes no han ofrecido motivos para tener confianza, sea por la razón que sea.

Así pues, al final nos queda un técnico victorioso gracias a una decisión muy personal (ni el vestuario lo sabía, sólo Ramos y él) que demuestra que tiene caracter y más vidas que un gato, pero también un desgaste mayor del fondo de armario de una plantilla ya de por sí muy deteriorada a lo largo del año. Se gane o se pierda todo, el equipo tendrá que convivir con ello al menos hasta el mes de junio. Es lo que hay.