El jugador que se fue a por Morata tras el segundo gol del Madrid en Anoeta

El jugador que se fue a por Morata tras el segundo gol del Madrid en Anoeta

Pasó desapercibida, pero fue una de las imágenes del partido y refleja un problema a solventar por Zidane.

Minuto 39. Un balón de Varane de mucho mérito deja sólo a Marco Asensio ante la salida de Gerónimo Rulli. El joven mediapunta del Real Madrid realiza un control de escándalo pinchando la pelota con la calidad suficiente como para no perder velocidad ni ángulo en su carrera hacia la portería, se enfrenta al arquero argentino y con la mayor calma del mundo, como si llevase diez años haciendo lo mismo en el equipo blanco, golpea por encima de él con un toque sutil de su bota izquierda. Vaselina y adentro. Era el 0-2 del Madrid en Anoeta y que prácticamente acababa con los sueños de la Real de sacar algo positivo en su estreno en la Liga.

 

El gol, paradójicamente, también hacía daño a un futbolista del Real Madrid, a un compañero (y amigo) de Asensio: Álvaro Morata. Pocos se fijaron, pero en una de las primeras tomas de televisión nada más marcar el balear, cuando los blancos son una piña felicitando al joven futbolista de Palma de Mallorca, Casemiro se va hacia el delantero, le agarra y empieza a decirle de todo: son ánimos. Minutos antes, Morata había tenido una gran oportunidad para marcar, pero Rulli había adivinado su intención y repelido su fuerte disparo.

 

Fue la segunda clara ocasión de Morata para hacer gol ante la Real. La primera había llegado tras un auténtico jugadón personal por parte del madrileño, que se desprendía hasta de tres rivales atrapado en la esquina izquierda del terreno de juego realista para apurar la línea de fondo hasta el área pequeña y acabar mandando su disparo, casi sin ángulo, a córner. Nadie se le ofreció para un pase de la muerte, a pesar de que en el día de ayer Morata estuvo, y conviene señalar que de acuerdo a la opinión de casi todos, inspirado. Fue de los mejores… junto a Asensio.

 

 

Pero Asensio marcó, a diferencia del elegido por Zizou como nueve este domingo. Un nueve poco corriente que de momento arranca desde la izquierda o cae a bandas y que casi nunca se queda estático en el área; que baja a recibir, que se asocia perfectamente con sus compañeros, que abre huecos, es rápido, regatea y genera ocasiones. Pero que por ahora lleva un gol en seis partidos desde que regresó al Real Madrid, su mayor obsesión y por ahora el mayor peligro que se cierne sobre su cabeza. Por eso Casemiro, que como el resto de la plantilla sabe la presión que se ha autoimpuesto el ex de la Juve en su regreso al club de su vida, fue a decirle que no todo es marcar, que estaba haciendo un partidazo y que con esfuerzo el premio llegaría.

 

Pero no llegó, y a Morata no se le ve del todo feliz hasta ahora en el Madrid. Como en su primera etapa, quizás, sabe que si no registra buenas cifras como goleador el paso del tiempo empezará a jugar en su contra dentro del equipo. Al delantero centro del Real Madrid se le exigen goles, algo que Karim Benzema sufrió durante muchos años en sus propias carnes y que ahora ha solventado. Cuando regrese de su lesión, Morata tendrá dificultades para conservar la titularidad que hasta ahora ha sido indiscutible para él. Especialmente si no marca.

 

Sus excelentes contribuciones al equipo en forma de juego, soluciones ofensivas y esfuerzo podrían no ser suficientes a la hora de la verdad. Por eso, a día de hoy, Morata parece ser un hombre estresado dentro del Real Madrid, con los goles como único calmante. Algo que debe de ser abordado por Zidane, el mejor en labores psicológicas y de concienciación. Uno de los primeros problemas del técnico galo en este inicio de Liga.