La cortina de humo de Neymar para tomar el pelo al barcelonismo
Hace unos meses no decía que "soy del Barça" ni "mi casa es el Barça". Prefería manifestar: "¿El Real Madrid? ¿quién sabe?"
Neymar firmó en 2013 con el FC Barcelona un contrato por cinco años. Hasta 2018. Sin embargo, el club azulgrana se vio obligado a revisarlo ante las exigencias del padre del jugador, que consideraba que los contratos no se firman para ser respetados cuando uno entiende que han quedado desfasados. Neymar ha firmado ahora hasta 2021 multiplicando sus ingresos y manteniendo una cláusula de recisión similar a la antigua, de 190 millones. Neymar podría irse a final de la presente temporada por 200 millones. En la siguiente temporada (2017-18) su precio ascenderá a 222 millones y en las tres últimas temporadas de vigencia del nuevo contrato su libertad costará 250 millones.
La estrella brasileña, pese a tener contrato en vigor, forzó al Barça a mejorarle sus ingresos bajo amenaza de dar por buena alguna de las ofertas que había recibido. Incluso utilizó el nombre del Real Madrid para meter el miedo en el cuerpo al presidente Bartomeu. Sus recientes declaraciones en las que afirma que "me quedo en el Barça porque yo soy del Barça y el Barça es mi casa", poco o nada tienen que ver con la presión asfixiante que el entorno del jugador ha ejercido sobre el club en los últimos meses utilizando la baza de su marcha como permanente amenaza.
Mientras club y jugador no se ponían de acuerdo, fundamentalmente por los flecos fiscales, Neymar no se expresó en los mismos términos que ahora y jugó con la ambigüedad con la clara intención de que se extendiera la sensación de que el futuro de Neymar en el Barça peligraba. Cuando hace unos meses le preguntaban por su futuro no decía que el Barça era su casa y que él es del Barça, prefería recurrir al "quién sabe", "nunca se sabe lo que puede suceder en el futuro", "¿el Real Madrid' ¿Por qué no?" Neymar quedó entonces retratado y lo ha vuelto a quedar ahora. Su comportamiento da pie a pensar que le ha tomado el pelo al barcelonismo en los últimos meses y que no ha parado hasta que ha conseguido sacarle a Bartomeu el dinero que reclamaba. Eso, el dinero, es lo que retiene a Neymar en el Barça y no un falso amor a sus colores, aunque el marketing le obligue ahora a expresarse en esos términos.