Crecen las primeras dudas sobre Zidane en el interior del Real Madrid
Señalan que tanto en el vestuario como en las altas esferas del club, hay quienes empiezan a cuestionar las dotes del francés.
Tenía que pasar. Cuatro empates consecutivos por parte del Real Madrid de Zidane, "el equipo que tenía la mejor plantilla de su historia", decían algunos tan buena que no hacía falta fichar a pesar de saberse en ciernes de una sanción de la FIFA, el cuadro llamado a hacerse leyenda ganando cinco títulos de cinco posibles mezclando calidad, juventud, cantera y cracks mundiales, han acabado por salpicar la figura del entrenador francés. Zizou aterrizó en el primer equipo en enero de 2016, destinado a arreglar los descosidos que Rafa Benítez había ido generando en sus meses al frente del equipo. Y ahora, cuando no se ha cumplido todavía un año de su nombramiento, se enfrenta a sus días más difíciles desde que se sentó en el banquillo del Bernabéu.
Y es que este Real Madrid despierta muchísima ilusión entre la afición y también dentro del club, y es lógico. La mezcla de juventud y calidad es cierta, y sobre el papel, el fondo de armario en el grupo de más de veinte futbolistas es de los mejores que ha habido en las últimas décadas, con una notable presencia de jugadores españoles y procedentes de la cantera. Algo que desde luego no era normal en los últimos años. Además, hasta ahora Zidane había destacado por saber llevar a la plantilla sin estridencias, pregonando un buen rollo que había contagiado a los futbolistas y que, de paso, había arrastrado con una Champions League y una Supercopa de Europa por el camino. Y con planes para jugar un fútbol vistoso, ofensivo y con alternativas. Las piezas y la materia prima son excelentes.
Pero esas cuatro igualadas están ahí, al igual que el mal juego y la escasez de ideas y recursos que tanto desde el banquillo como sobre el césped se han evidenciado en cuanto han arreciado los primeros problemas serios para la plantilla en forma de lesiones de jugadores importantes. Y claro, si a Zidane le han llovido siempre elogios cuando las cosas han ido bien, es normal que ahora le toque recibir en su justa medida. El problema es que, en el caso del francés, estas dos semanas horribles han provocado que esas críticas vayan más allá en algunos casos, y nos referimos directamente al punto más débil por el cual pueden atacar al galo: su inexperiencia.
Según informa el diario Vozpópuli, las llamadas y los mensajes internos en el club blanco fueron costantes en los últimos días. De Zidane a la plantilla para dar un toque de atención por los resultados pero también por parte de Florentino Pérez, para interesarse, tanto de la mano del entrenador como de los pesos pesados del plantel, del por qué del bajón de intensidad de los últimos choques, de las dificultades al principio y al final de los partidos y, en general, del cambio de actitud y de sensaciones. Pero el empate contra el Eibar ha terminado por disparar la alerta roja interna y de llamadas hemos pasado a reclamaciones de explicaciones. Y ya empiezan a haber voces discordantes con Zidane tanto dentro del vestuario como en ciertos miembros de la cúpula directiva, siempre según el citado medio.

La duda en ambos casos es, como cabía esperar, si verdaderamente el técnico está preparado para llevar un transatlántico como el Real Madrid. Si no está a la altura como entrenador de lo que fue como futbolista. Puede parecer una reflexión descabellada teniendo en cuenta que Zidane es el hombre de la Undécima desde el banquillo, pero no tanto si se da por hecho que esa última Champions llegó como consecuencia de una inercia producto del periodo de máxima necesidad entre enero y junio en la que históricamente el Madrid siempre se ha desenvuelto tan bien a la hora de cosechar sus éxitos. El citado medio añade que ya hay jugadores que siguen escuchando a Zizou pero empiezan a cansarse de que se les achaquen fallos de actitud e intensidad mientras, a su juicio, no se plantean soluciones tácticas desde la banda.
Las primeras dudas serias, en definitiva, sobre el proyecto de un hombre que todavía tiene mucho crédito. Básicamente porque resultó ser la última bala en la recámara de una gerencia que de no haber encontrado el camino con el ex futbolista probablemente habría tenido problemas de credibilidad de cara al exterior, y que ahora no puede permitirse el lujo de volver a cambiar y a revolverlo todo tan pronto.