Las miserias del Barça: la premonición más dura del vestuario con Claudio Bravo
La salida del chileno destripa al equipo
No todo vale. La escabechina en Vigo deja los trapos sucios en la caseta azulgrana a la luz. Los capos de vestuario están que trinan y los dedos señalan en una única dirección: Luis Enrique.
Los avisos no son nuevos. Y en pretemporada los jugadores del Barcelona asistieron atónitos a la fuga de estrellas del equipo. Si primero fue Dani Alves quien cogió la puerta sin que el club hiciera nadas para evitarlo y luego Mascherano, otro capo del vestuario, el que amenazó con dejar colgado a los azulgrana, después fue Claudio Bravo quien hizo el petate rumbo a la Premier –al City de Pep Guardiola- ante la pasividad del Barcelona, especialmente de la dupla Luis Enrique/Unzué que apuñaló al chileno por la respaldando los delirios de grandeza de Ter Stegen.
Una situación que tiene de uñas a la plantilla que no quería perder a uno de los mayores/seguros de vida del equipo. Varios jugadores avisaron ya entonces –confirmado ahora- que la salida de Bravo sería muy perjudicial para un vestuario que confiaba a ojos cerrados en el campeón sudamericano. Es más, en el conflicto Ter Stegen-Claudio que ha desencadenó este lío, la amplia mayoría del equipo se alineaba al lado del chileno.
La ascendencia de Bravo en el grupo era total. Se valoraba su experiencia/solvencia ante las inseguridades/dudas y un carácter extremadamente difícil del germano. Desde el vestuario se afirma que, ahora, Claudio está en su mejor momento. Perderlo fue un error descomunal que el Barcelona no debió permitirse.