Barral, el hombre que tapa bocas en su próxima afición a base de goles

Hace unos días, contábamos en Don Balón que David Barral iba a ser, con casi toda seguridad, jugador del Málaga la próxima temporada. A sus 31 años, el delantero del Levante va a tener la oportunidad de su carrera en un club con aspiraciones y la ha conseguido a base de trabajo y goles, aquello que se le pide a un ariete. Pero no toda la afición malacitana está contenta con el fichaje.

No han sido pocos los seguidores del Málaga que, lejos de mostrar entusiasmo cuando pudieron leer en este medio y en otros que se hicieron eco del acuerdo entre el club andaluz y el futbolista, criticaron la operación por considerar al ex delantero de equipos como Sporting de Gijón o Orduspor turco un fichaje de perfil bajo para lo que debería contratar la entidad blanquiazul. Sobre todo por el hecho de que los dirigentes se excusan en el dinero a la hora de no hacerse con los derechos de Nordin Amrabat y sin embargo sí van a proceder a traer al delantero granota.

Pero lo cierto es que, repasando los números de Barral, puede ser un muy buen fichaje para un equipo que, si de algo adolece, es de un goleador nato. Juanmi, la joven promesa malacitana y recientemente internacional con la selección española, lleva una baja cifra de ocho goles en la que está siendo su mejor temporada en Primera. El de Cádiz, en las filas del club de Orriols, lleva ya diez dianas, las mismas que logró con el Sporting en su mejor curso en la máxima categoría en la temporada 2008-2009.

El tanto que marcó este martes ante el Córdoba dejó al Levante con pie y medio en Primera una temporada más, y ha sido el pilar sobre el que se ha basado el juego de ataque del equipo valenciano para conseguir la permanencia. Además, superada la treintena, llega con un coste bajo y con mucha experiencia. Marca un gol cada 249,67 minutos y ha igualado al mejor anotador de siempre del club en Primera, Mustapha Riga, que anotó 17 dianas en dos campañas.

No se puede decir que se trate, pues, de un jugador despreciable para un club, el Málaga, que no tiene excesivos fondos para fichar y que le añadirá a la excelente cartera de juventud que posee en las filas de su plantilla. Barral viene a sumar, no a restar, y se encarga de demostrarlo con goles. De momento, se sigue ganando el respeto de la que será su próxima afición.