Bailly regala un gol a Fernando Torres y éste tres puntos de oro al Atleti

No suelen ser demasiado vistosos los partidos del Atlético lejos del Calderón, y el de Villarreal respondió una vez más a ese patrón. Un choque cerrado, que el equipo de Simeone controló durante más tiempo y que fue soso y aburrido por momentos, hasta que Fernando Torres aprovechó un error garrafal del central Bailly, que hasta entonces había completado un buen partido, para encarar a Asenjo y superarle, anotando el único tanto del partido. El guardameta del Villarreal dio el susto de la noche tras lesionarse y retirarse por su propio pie después de un primer momento de gritos y angustia por su rodilla.

Aun así, el partido empezó movido. Campbell tuvo el primer tanto en sus botas a los pocos segundos del comienzo. Oblak lo evitó. En los primeros minutos, los de tanteo, los dos contendientes pudieron adelantarse en el marcador. Griezmann, Gabi, con un peligroso lanzamiento y sobre todo Arda, que peinó un esférico que a punto estuvo de entrar. Koke probó suerte con una volea inverosímil a la media hora y poco a poco el choque se fue apagando. Mejor en sus transiciones sin balón, el Atlético se sentía cómodo ante un Villarreal siempre con buenas intenciones con la pelota pero que lleva muchas jornadas sin encontrar la chispa.

La segunda mitad ahondó en el aburrimiento. Mucho centrocampismo y un conjunto amarillo que sólo encontró el camino gracias a las buenas acometidas de Jaume Costa, muy activo por su banda. El Atlético supo jugar con el cronómetro y esperar sus oportunidades hasta que llegó el error de Bailly, que no midió bien una cesión a Asenjo y le dejó la autopista preparada al Niño. Su escenario favorito. Tuvo tiempo de marear al central del submarino con el portero ya batido antes de empujar la pelota a la red.

Los colchoneros pasaron al momento formol y aunque el Villarreal lo intentó y a punto estuvo Mario de enganchar un remate que hubiera supuesto el empate, la suerte ya estaba escrita. Más aún tras el horror de escuchar los lamentos de Sergio Asenjo tras caer de mala manera apoyando todo el peso de su cuerpo sobre esa rodilla que lleva ya dos operaciones a sus espaldas. Primero bramó y después, escuchando a los médicos tras una primera exploración, optó por retirarse por su propio pie y con otro semblante. Marcelino y la grada lo agradecieron. La mala suerte hubiera sido excesiva.

Los tres puntos de oro mantienen al conjunto madrileño con un colchón cómodo con respecto a Valencia y Sevilla. Tanto, que el Madrid seguirá mirando con recelo a ese enfrentamiento con el Barça del que tanto depende la suerte de la Liga. Por ahora el Atlético sigue sin necesitar exprimirse del todo en ese choque. 

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