La asignatura pendiente de Sampaoli tras sus primeros 100 días en Sevilla
El técnico argentino ha conseguido, no obstante, algo bastante novedoso en forma de buena noticia para el equipo andaluz.

Este jueves se cumplen 100 días de Jorge Sampaoli al frente del Sevilla. Poco más de tres meses de trabajo con el ex seleccionador chileno en su primera aventura en Europa, en los que ha sucedido de todo, y que también han dado para que la afición, sevillista en particular y futbolística en general, empiece a formarse una opinión sólida sobre uno de los entrenadores más prestigiosos en América Latina, y que hasta ahora no había probado suerte en el viejo Continente.
Los medios cercanos a la información sevillista se hacen eco de los primeros cien días de Sampaoli haciendo balance de su trabajo que, en general, califican entre bueno y notable. Y la verdad es que su etapa en el Sánchez Pizjuán ha sido hasta ahora un cúmulo de sentimientos algo encontrados. Sin duda, de menos a más, ya que sus primeras semanas fueron nefastas en cuanto a sensaciones. El Sevilla, un equipo siempre competitivo ante los grandes en todos los frentes y en los últimos años, perdía las dos finales de Supercopa tan ilusionantes para la gente en apenas tres semanas. Primero la de Europa ante el Real Madrid (con cierta mala suerte al encajar dos goles en los últimos minutos del partido y de la prórroga) y después la de España frente al Barça, esta última con bastante más claridad.
En esos primeros encuentros oficiales, así como en la primera jornada de Liga contra el Espanyol en casa, un duelo que pasará a la historia por lo abultado del marcador (6-4 para el Sevilla) mostró un equipo tremendamente verde, con mucho por hacer, que condecía espacios y ocasiones en un gran número en cada encuentro, y que arriesgaba hasta niveles nunca antes vistos. Sampaoli nunca se ha escondido al afirmar que pretende que el equipo juegue al ataque de forma descarada, con la posesión como arma principal e intentando imponer un estilo de equipo grande.
De esas ambiciones tan enormes del principio de la temporada y las consiguientes consecuencias en forma de goles en contra, hemos pasado a una segunda versión algo más conservadora. El Sevilla de principios de octubre es mucho más compacto, se va sintiendo cada vez más seguro y compenetrado en su juego y aunque todavía con lagunas e irregularidad, va asimilando los conceptos de un entrenador que también se ha tenido que adaptar a Europa. Y desde luego que no le ha ido mal esta revisión de su libreto: el Sevilla es tercero en la Liga, donde solo se ha dejado siete puntos en siete jornadas y además está dando el do de pecho en la Champions League, algo que no había pasado en las últimas temporadas en el club y, sin duda, su mayor logro.
El gran punto a conseguir por parte del técnico es ganarse a una afición todavía muy acostumbrada a los éxitos con Unai Emery, a la que le escoció perder las dos finales y que no termina de estar del todo convencida con la propuesta de Sampaoli. Un matrimonio complicado que, poco a poco, va cogiendo cuerpo.