Los datos que hacen que CR7 le vea las orejas al lobo (y pida la renovación)
Las comparecencias públicas de Cristiano alegando que desea terminar su carrera deportiva en el Real Madrid son cada vez más frecuentes.
"Mi sueño es cerrar los ojos y jugar en el Real Madrid, es lo que más quiero, deseo estar aquí muchos años. Es el club que tengo en el corazón". Son palabras de Cristiano Ronaldo, reproducidas el pasado 14 de septiembre, tras recibir el Galardón de MARCA y La Gazzetta dello Sport como mejor jugador de la temporada pasada en la Champions League. Semanas antes, durante la Gala de la UEFA celebrada en los últimos días de agosto, había sido más explícito en detalles: "Estoy en el mejor club del mundo y quiero retirarme aquí con los 41 años. El objetivo es ampliar mi contrato y quedarme en el Real Madrid porque es lo que más me gusta y es el mejor". Entre medias, tras el segundo partido de Liga del Madrid en casa esta temporada, reiteraba: "¿La renovación? No lo sé, hay que hablar con el presidente. Las cosas van bien. La prensa ya lo ha escrito, sabéis más que yo. Si fuera el presidente del Madrid, me renovaría 10 años".
Cristiano ha dado por comenzada la campaña, o la dio por empezada hace ya tiempo. No es muy habitual que el futbolista portugués se prodigue en declaraciones o entrevistas en prensa, pero en una suerte de apariciones que se han acelerado en el segundo tramo de 2016 parece empeñado en hacer saber a todo el mundo y recordar constantemente que espera la llamada del club, que quiere ver ya estampada su firma en el que será, probablemente, el último gran contrato de su carrera. La pregunta es, ¿por qué tanta prisa de CR7? Se sabe enormemente querido por la entidad y la afición merengue, y no hay ninguna duda de que a día de hoy sigue siendo el estandarte del proyecto madridista.
La respuesta a estas incógnitas podría estar en su actual estado de forma y los pasos que va dando su carrera actualmente. Cristiano Ronaldo tiene 31 años y dentro de cuatro meses cumplirá 32. A nadie se le escapa ya que desde hace algunas temporadas ha variado su forma de jugar. Ya no es ese extremo pegado a la banda izquierda (en realidad nunca lo fue) que podía cabalgar sin descanso durante 90 minutos, lanzando carreras rapidísimas contra sus marcadores y marchándose por pura potencia. Físicamente ha perdido uno o dos puntos de velocidad y, de un tiempo a esta parte, ha sabido reconvertirse a lo que siempre fue como añadido a sus muchas virtudes y ahora es su principal baza: un goleador consumado.
Pero la merma física cada vez se va notando más aunque él se esfuerce por seguir conservando intacta su escultural figura a base de horas y horas de gimnasio. Eso lo sabe también el club, que hasta ahora ha parecido inflexible en cuanto a sus pensamientos y pretende tenerle en el equipo hasta que el cuerpo le diga basta, pero eso podría cambiar. Un tiempo prolongado de mal juego y una creciente presión por parte de afición y medios (que tardaría mucho tiempo en estallar, y hablamos incluso de muchos meses, o de años) pueden revertirlo todo. Cristiano lo sabe. Y por eso trata de firmar un contrato lo más largo posible.
En lo que llevamos de temporada, CR7 tan solo ha podido marcar cuatro goles con el Real Madrid, dos en Champions y otros dos en la Liga. Es su peor media desde que viste la camiseta blanca (la pasada campaña, por estas fechas, acumulaba 11 dianas y hace dos campañas, 17). Se le ve falto de puntería, físicamente al límite (viene de una lesión larga tras la final de la Eurocopa con Portugal) y bastante nervioso, aunque siga siendo determinante en el juego de ataque de su equipo porque sigue siendo el hombre más incisivo, el que más va al ataque y el que más dispara a portería. A partir de ahora, cada lesión, o cada crisis de goles, va a ser automáticamente analizada desde el punto de vista de su edad. ¿Es ese uno de los motivos por los cuales un hombre que nunca solía insistir tanto en la prensa esté constantemente ahora pidiendo que se cierre ya su renovación?