¿Qué es cierto y qué falso en los buenos números de Casillas esta campaña?
Probablemente, el portero ha perdido un escaparate que era fundamental para él
El diario AS sacaba el pasado fin de semana unas cifras sobre Iker Casillas que resultan, cuanto menos, sorprendentes: A tenor de sus números esta temporada, estamos ante la mejor campaña del guardameta en los últimos diez años, algo que seguramente pocos analistas habrían imaginado antes de conocer estos datos.
Tanto para aquellos que tienen "atravesado" al capitán del Madrid por temas extradeportivos, como para muchos que aún le defienden sobre todas las cosas, hay un sentimiento bastante generalizado a la hora de hablar de Casillas y es que hace tiempo que no está a su mejor nivel, el mejor que se le ha conocido. Como casi todos los futbolistas, atraviesa un periodo de altibajos fruto de su edad y veteranía, aderezado con otro tipo de cosas.
Auntos que nada tienen que ver con temas puramente futbolísticos. Iker lleva tres temporadas en el punto de mira para muchos porque se le acusa de ser un elemento desestabilizador del vestuario, que filtra informaciones a los medios y actúa para su propio interés. Esta creencia viene directamente de la época de Mourinho, quien la alimentó. Pero lejos de entrar a valorarla en sí misma, podemos afirmar de igual modo que todo este clima ha ido pasando factura al jugador de forma psicológica y eso se ha traducido en un estado de inseguridad en sí mismo, errores no forzados y nervios que nunca se le habían conocido.
Ahora, todo esto choca directamente con las cifras que presenta esta temporada: La tercera mejor del portero en cuanto a porcentaje de paradas (75,82%), la quinta mejor en paradas por partido (2,71%), la tercera en goles por partido (0,94%) y la mejor en porterías a cero (una cada 2,23 partidos). ¿Cómo es posible que haya podido hacerlo en el año en el que más fallos se le recuerdan y en el que más apoyos ha perdido entre el público?
Las respuestas no son sencillas. Muy posiblemente, Iker esté más expuesto que nunca a un juicio popular que mide tan al milímetro cada una de sus intervenciones durante los encuentros que ya ninguno recordemos cómo era el Casillas de hace cinco o seis temporadas en cada choque. Pero también es cierto que es un hecho que está más inseguro, es algo que ve todo el mundo.
Queda la sensación de que, en buena medida, todo lo sucedido en torno a su persona ha repercutido en su relación con el público, que tiende a acabar cansándose de ver siempre las mismas caras de jugadores cada temporada. También, y este es un punto muy importante, hay que tener en cuenta que Iker tenía el escaparate de sus enormes actuaciones con la selección. No es de extrañar que fuese elegido como mejor portero del mundo por la IFHHS justo en el periodo de cuatro años de éxitos ininterrumpidos de la Roja (2008-2012), algo que se ha acabado. El conflicto con Mourinho llegó justo una temporada después de aquello.
¿Fue Casillas el mejor del mundo sólo por la selección? No parece probable, pero sí el hecho de que cada vez que falla se gana más gente en su contra. Su imagen se ha deteriorado mucho en las últimas temporadas y corre el riesgo de que la gente sólo recuerde esta última etapa. De ahí la posibilidad de acabar en lo más alto y marcharse... A pesar de sus números.