La cláusula que afecta a Leo Messi de la que todo el mundo habla
A Rakuten no le da lo mismo que Messi pertenezca al Barça o que decida irse del Camp Nou.
Aunque el FC Barcelona se ha apresurado a negar que el acuerdo con Rakuten, como patrocinador principal del club, nada tiene que ver con la continuidad de Leo Messi en la plantilla a partir de 2018, lo cierto es que la firma japonesa ha aceptado el acuerdo que le obliga a pagar 55 millones al FC Barcelona a cambio de estampar su nombre en la camiseta del primer equipo azulgrana a partir de la garantía de que Messi lucirá en el pecho el nombre de Rakuten durante los cuatro años de vigencia del convenio que acaba de ser firmado.
Desde el club se niega de forma taxativa esta posibilidad y se afirma que Rakuten pagará igual con Messi que sin Messi en el equipo. Sin embargo, fuentes próximas a la empresa japonesa han confirmado a Don Balón que Rakuten no se arriesgaría a afrontar una aventura de esta naturaleza si no tuviera la seguridad de que Leo Messi está en el equipo. La intención de Bartomeu es solucionar la renovación de Messi con un plus que está dispuesto a pagar Rakuten de manera independiente al argentino a cambio de su imagen en determinadas campañas publicitarias de productos de la compañía. Por otro lado, a Bartomeu no le interesa admitir que el acuerdo está supeditado a la continuidad de Messi, porque sabe que el detalle jugaría en su contra en la negociación por la mejora y ampliación del contrato con el jugador. Viste más, tal y como afirmó en la presentación el responsable de la compañía, decir que el interés de Rakuten por el Barça reside en su filosofía y en sus valores como club deportivo.
El vicepresidente responsable de la gestión del patrocinador, Manel Arroyo, ha manifestado esta mañana en RAC1 que "no existe ninguna cláusula Messi. Leo quiere acabar su carrera deportiva en el Barça, como ha repetido en muchas ocasiones, y no podemos ni pensar en que se pueda marchar. Nosotros estamos trabajando para que así sea”. Se trata de una declaración que tiene más de deseo que de realidad, pero hay que valorar todas las posibilidades y los japoneses lo han hecho.