Zidane da un golpe de autoridad en el Madrid con una decisión de riesgo

Zidane da un golpe de autoridad en el Madrid con una decisión de riesgo

Tiempo después, se acaba demostrando que los planes del técnico francés estaban muy bien calibrados.

El terremoto provocado por el repaso del Real Madrid al Atlético en el derbi del pasado sábado en el Vicente Calderón todavía colea y hasta ofrece réplicas, sobre todo en forma de debates ardientes en las redes sociales entre seguidores rojiblancos. A día de hoy, muchos aficionados colchoneros se preguntan qué está pasando dentro del vestuario que parecía más unido en torno a su entrenador en las últimas temporadas para que lo que se suponía era un grupo blindado ahora parece un panal de abejas. Demasiados agujeros, muchas dudas acerca del estilo, el libreto del técnico e incluso su relación con algunos pesos pesados, que después de tantos años podría empezar desgastarse.

 

Mientras tanto, en el otro bando de la ciudad, el madridismo se regodea y hace cálculos (peligrosos, por otra parte) en torno a un mes que ha comenzado fantásticamente y que podría culminar en éxtasis. En apenas cuatro semanas, el equipo puede sellar su pase a los octavos de final de la Champions por la puerta grande si le gana este martes al Sporting en Lisboa y en la primera semana de diciembre al Borussia Dortmund. Y tan solo unos días antes, un Clásico en el Camp Nou al que los hombres de Zinedine Zidane llegarán seguramente con la moral por las nubes tras demostrar de lo que son capaces en el derbi, siempre que el Sporting no suponga un dolor de muelas. Entre medias de todo esto, una jornada de Liga, la del próximo fin de semana, con el Sporting en casa mientras los culés visitan Anoeta, donde no ganan desde 2009. Muchos seguidores merengues ya sueñan con dejar al Barcelona a diez puntos de distancia tras el Clásico.

 

 

Pero volvamos a Zidane. Si sobre el césped Cristiano Ronaldo e Isco quedaron como grandes triunfadores de la noche, en los banquillos el francés parece haberse ganado al fin el respeto que todavía le faltaba desde muchos sectores por su inexperiencia como primer entrenador. El repaso táctico a todo un estratega como Simeone quedará para los anales de la historia de los derbis y encumbra al francés, que parece estar 'tocado' por una varita con todo lo que hace en el Real Madrid. Pero, aparte de todos estos elogios, de los que ya hablamos largo y tendido en DB, a Zidane hay que achacarle otro gran acierto que ahora empieza a destacarse.

 

Se trata de la evidencia de que este Real Madrid tiene más y mejor fondo de armario que ninguna otra versión del equipo en los últimos años. Algunos se atreven a decir que hasta décadas. Las bajas que arrastraba el Madrid para el derbi eran muchas, y todas ellas importantísimas: Ni Pepe, ni Sergio Ramos, ni Kroos, ni Casemiro ni tampoco Benzema jugaron de inicio. Cinco titulares, a los que hay que sumar la baja de Álvaro Morata, uno de los 'primeros' suplentes. Casi nada. Y sin embargo, hombres como Nacho, Kovacic, Isco o Lucas Vázquez no solo cumplieron con creces, sino que se erigieron en 'jefes' en sus respectivas parcelas. Dieron un paso al frente. Mucho hay que echar la vista atrás para ver algo así en la casa blanca.

 

Zidane arriesgó este verano negando salidas como las del malagueño o la de James Rodríguez, promoviendo que futbolistas jóvenes con futuro como Asensio se quedaran en el primer equipo bajo promesas de que serían importantes, o fomentando competencias feroces con dúos como los de Benzema y Morata, Danilo o Carvajal, Marcelo y Coentrao (otra vez) y el ya frecuente de los centrales. Su premisa fue armar dos equipazos asegurando que todos tendrían su importancia. Que, a diferencia de la inmensa mayoría de los entrenadores que pasan por la casa blanca, él sí iba a hacer rotaciones, a mover todo el rato a los suyos y hacer que todos se sintieran partícipes. Que no iba a haber intocables. Es verdad que las lesiones le han ayudado en este aspecto pero hasta ahora lo está consiguiendo, y con un rendimiento óptimo. Es, sin duda, su apuesta más arriesgada, dados los egos que existen en el vestuario, y por ahora le está saliendo a la perfección. Algo que convierte a este Real Madrid todavía invicto en el equipo a batir esta temporada.