Los 'muertos' en el armario de Zidane tras el Clásico: Dos marrones para el galo

Los 'muertos' en el armario de Zidane tras el Clásico: Dos marrones para el galo

El técnico no estuvo tan fino en sus decisiones respecto a su exhibición táctica en el derbi.

Dos semanas habían pasado después de la contndente victoria del Real Madrid en el Vicente Calderón por 0-3 ante el Atlético, choque donde Zinedine Zidane se doctoró dándole un auténtico repaso al Cholo Simeone en la pizarra. Sin embargo, el francés no ha estado tan fino en el Clásico. Si bien es cierto que tampoco cometió errores de peso y acertó con el planteamiento inicial, pudo haberlo hecho algo mejor con los cambios.

 

En general, Zizou pecó de precavido. Su Madrid salió a intentar controlar el balón más que el Barça, pero por momentos no fue todo lo incisivo, 'matador' y agresivo en ataque como se preveía. Presionó menos arriba e hizo que el encuentro tuviese muy pocas ocasiones de gol, buscándose más el no fallar que el arriesgar.

 

En la segunda mitad, y ya perdiendo y con un Barcelona que estaba empezando a superar decisivamente a los suyos en juego y ocasiones, el técnico retiró del campo a Isco para meter a Casemiro, pero le salió mal. Ni el brasileño apuntaló los espacios que empezaban a aparecer en el medio campo por falta de ritmo, ni el Madrid pudo controlar tanto la pelota al irse su jugador más inspirado junto a Modric en la condcción. Para colmo, Alarcón se mostró visiblemente enfadado por la sustitución y dio alguna patada al asiento al llegar al banco, seguramente por la frustración acumulada y el marcador en contra.

 

Ese enfado será una de las cosas que Zidane tendrá que canalizar a partir del domingo, así como el brutal palo a James Rodríguez. Tres cambios, tres jugadores que volvieron a pasar por encima del colombiano: Casemiro, un hombre recién salido de una lesión y de perfil defensivo, Asensio, y Mariano, un canterano. Está claro que a día de hoy, Rodríguez es el último hombre de la plantilla. Lo sucedido este sábado prácticamente condiciona su salida del Real Madrid.

 

Y para culminar, Zidane tendrá que mantener una charla con Karim Benzema. No es un marrón, pero sí una preocupación creciente. Mucho más se esperaba del francés en este partido, y en un escenario donde solía jugar deliciosamente bien. Sin Bale, recaía sobre el '9' buena parte de la responsabilidad de surtir a Cristiano de balones de gol. Se le vio apático, falto de inspiración y por momentos, sin ganas. Fue uno de los sustituidos cuando el equipo iba perdiendo.