El destino une de nuevo al Barça y a Guardiola en junio de 2016

En Alemania le recortan poder y Pep está esperando que su amigo Laporta sea elegido presidente para volver al Barça a mandar de verdad

El destino une de nuevo al Barça y a Guardiola en junio de 2016

En el Bayern Múnich empiezan a plantearse el futuro y llega el momento de sentarse a hablar con Pep Guardiola sobre sus planes a partir del 30 de enero del próximo año, que es cuando expira su contrato con el club bávaro. Pep ya le ha explicado a Matthias Sammer, el director deportivo del Bayern Múnich, que aún no ha tomado una decisión, pero que su continuidad en el Bayern pasa por realizar una limpieza general de la plantilla que liquidaría a varios mitos de la historia del club y a algún que otro fichaje millonario que no está rindiendo. Los nombres empiezan a salir en Alemania: Schweinsteiger, Dante, Pizarro y el mismísimo Lewandowski están en la lista de nominados para abandonar el club si sigue Guardiola.

 

Pep asumió en su momento el club tal y como se lo encontró, pero para renovar el contrato que le une al Bayern va a exigir reformas a nivel institucional que le confieran una mayor cuota de mando, y plenos poderes a nivel deportivo para hacer y deshacer la plantilla según sus gustos y preferencias. Eso, que en el FC Barcelona era muy fácil de conseguir, en Alemania encuentra obstáculos insalvables. En primer lugar porque Pep en Alemania no es símbolo de nada ni posee el carisma que tenía en el Barça. Y en segundo lugar, y más importante, porque la estructura de mando del club bávaro está compuesta por ex jugadores que no están dispuestos a renunciar a su cuota de poder para concentrar todas las decisiones en los caprichos de una sola persona. En el Bayern están acostumbrados a consensuarlo todo entre las figuras más carismáticas de la entidad y su filosofía les impide dejar temas, como el de los fichajes, en manos de una sola persona que, además, no forma parte de la gloria del pasado del club y no es uno de los suyos.

 

De hecho, uno de los motivos que empujó a Guardiola a abandonar el Barça fue la evidencia de que en la plantilla había que hacer una limpieza, difícil de justificar,  de piezas valiosas como Piqué, Cesc Fàbregas, Alves o Xavi. Incluso llegó a aconsejar la venta de Leo Messi. En el club pusieron freno a sus propósitos y él encontró en esa oposición un argumento válido para justificar su decisión de abandonar.

 

Y ahora vuelve a intentarlo en Alemania mientras mantiene una relación tirante con el máximo responsable del club, Karl-Heinz Rummenigge por el fichaje de Xabi Alonso, que se hizo en contra de la voluntad de la zona noble del club, y anda a la greña con el cuerpo médico, al que acusa de ser el responsable de la situación de Thiago Alcántara.

 

Los problemas internos empiezan a enrarecer el ambiente en Múnich después de la luna de miel que vivió Guardiola con su club en sus primeros meses. La humillación sufrida ante el Real Madrid dejó huella y ya hay quien le recuerda que heredó un equipo campeón de Europa, de Liga y de Copa y que no ha sabido mantener la línea que le dejó marcada Jupp Heynckes.

 

Parece difícil que, con este panorama, Pep Guardiola acepte seguir en el club alemán, especialmente si recordamos sus exigencias para renovar de año en año sus contratos con el Barcelona. Todo hace indicar que el 30 de junio de 2016 Pep Guardiola será libre de decidir su futuro. En esas mismas fechas, junio de 2016, el FC Barcelona tendrá un nuevo presidente con un año de mandato consumido. Y si el nuevo presidente es Joan Laporta o algún amigo de su órbita de influencia, el retorno de Pep al Barça puede ser una noticia cantada. Guardiola ya ha anunciado que no quiere influir en las elecciones, no desea ser utilizado como arma electoral y que no se casará con nadie. Sin embargo, si el elegido es Joan Laporta, Pep volverá al Barça para mandar todo lo que no le dejó mandar Rosell en el Camp Nou y Rummenigge en el Bayern de Múnich.