Florentino Pérez ha ido a por Ancelotti para decirle lo que piensa de Turín

La fórmula Ramos no funciona. El experimento fracasó y el presidente ha hecho llegar un mensaje claro y directo a Carletto después de morderse la lengua ante Sevilla y Atlético: no más inventos. Ni tonterías.

El italiano repitió con Sergio Ramos en el medio como escolta de Kroos pero la apuesta rozó el ridículo. El sevillano estuvo impreciso, mal colocado e incómodo durante todo el partido. Desde la zona noble ya se había avisado de que el plan de Carletto era pan para hoy, hambre para mañana. Al presidente le había molestado y le molesta que Carlo deprecie a futbolista como Illarramendi o Lucas Silva para reconvertir a Sergio a una posición en la que rinde muy por debajo que jugando de central.

El mensaje está recibido. Frente al Valencia Ancelotti volverá al 4-3-3: Sergio Ramos capitaneará el centro de la zaga (Pepe o Varane abandonarían el once inicial) y Chicharito jugaría arriba junto a Cristiano y Bale (Benzema podría jugar unos minutos en la segunda parte del partido).

El Madrid está a tiro de uno de la Juventus y en las alturas no cunde el pánico: existe el convencimiento de que el Real pasará al eliminatoria de forma holgada y estará en Berlín. Pero para ello hay que corregir algunos 'tics'. El primero, las iluminadas de la pareja Ancelotti/Ramos. Algo que se ha encargado de hacer Pérez personalmente con un rapapolvo que ha dejado muy claro a Carletto que se acabó ser el hazmerreír por decisiones que no se aguantan.

Media Europa se ha mofado del juego de Ramos y la otra media de la decisión de Carlo. Ante Atlético y Sevilla el experimento del italiano terminó con un aprobado raspado por el resultado, pero las sensaciones ya no fueron buena y Florentino lo advirtió. No se le hizo caso. Ante la Juventus suspendió Ramos y también el Real Madrid, que completó un mal partido.

Según las estadísticas de la UEFA, los desplazamientos largos de Ramos o en profundidad o para cambiar de dirección el juego, fueron de los peores registrados por el Madrid en esa demarcación. Además, perdió más balones (9) de los que recuperó (8) e hizo el doble de faltas (4) de las que recibió.

Ramos tuvo problemas para controlar a Vidal, que se apoderó del centro del campo gracias a su poderío físico y mayor oficio en el puesto. No volverá a pasar.