Florentino Pérez se disculpa con James Rodríguez en privado

Caso cerrado. Esa es la máxima en el Real Madrid respecto al conflicto con James Rodríguez en los primeros días de regreso a los entrenamientos después del parón por Navidades. El colombiano, al igual que el resto de sus compañeros, ya se ejercita a las órdenes de Antonio Pintus y Zinedine Zidane en Valdebebas, y tras unos días de calma y reflexión todas las partes han convenido en una pura realidad: las diferencias que les separan son bastantes, pero por encima de todo está el hecho de que el Real se encuentra en mitad de una ilusionante temporada. Ahora mismo no se puede hacer nada, así que borrón y cuenta nueva.

El agente del mediapunta, Jorge Mendes, ya avisó esta misma semana: "James no se irá en invierno". Ni al jugador le conviene, ni tampoco al club. Ahora mismo su valor de mercado es bastante más bajo que el que ostentaba cuando firmó por la entidad merengue en el verano de 2014. Desde las altas esferas del club se sigue teniendo la misma visión del asunto. Cuentan con él y desearían que se quede y que triunfe de blanco, porque condiciones futbolísticas le sobran, e incluso sería un potencial Balón de Oro en el futuro si se lo propusiera. Pero si pese a esto el jugador desea marcharse, será en junio cuando se aborde el tema.

Zidane, en cambio, no es tan optimista. No va a olvidar las palabras de Rodríguez, que volvieron agrio el estado de felicidad por ganar el Mundial de Clubes en Japón: "No puedo asegurar que vaya a quedarme, quiero jugar más y tengo siete días para pensar". No sentó nada bien ni en el vestuario ni tampoco en la cúpula directiva, y hasta el colombiano admite que no eran ni el momento ni el lugar. Se equivocó. Ante esto, el francés perdona, eso sí, y le seguirá tratando exactamente igual que hasta ahora, como uno más de la plantilla. Así que podemos decir que su situación sigue siendo igual de difícil, ni mejor ni peor.

El presidente, mientras tanto, sigue mostrándole su apoyo de puertas para dentro. No le mencionó en la Gala de los Globe Soccer Awards (como 'mensaje subliminal', dicen algunos), pero tampoco le defenestrará por su actitud. Apartarle ahora o hacer ver a los clubes extranjeros que James está deshauciado en el Madrid sería perjudicial para los intereses de todos. Por eso, y también porque no se quiere que nada enturbie el magnífico ambiente y el hambre de títulos que existe en la plantilla, instalada en la mejor posición en todos los frentes, se harán oídos sordos a todo lo que ha pasado en el último mes.