Las palabras del agente de Bale aceleran una decisión a tomar en el Madrid

Las cifras le dan la razón, pero ¿se ha ganado el galés el derecho a quejarse? ¿Le está sacando rendimiento el club?

Las palabras del agente de Bale aceleran una decisión a tomar en el Madrid

No están siendo días fáciles para el Real Madrid. Además del avivamiento del divorcio entre Iker Casillas y parte de la afición merengue, y la polémica por los gestos del capitán blanco hacia la grada el pasado sábado se unen las incendiarias declaraciones de Jonathan Barnett, agente de Gareth Bale, que ha salido al paso de las críticas sobre el bajo rendimiento del jugador acusando a sus compañeros y al club: "Tienen que pasarle más el balón para que pueda mostrar de lo que es capaz. Cuando suceda esto, Bale se convertirá en el mejor jugador del Madrid".

Los números dan la razón a Barnett, pero como con cualquier registro estadístico deben ser considerados con la perspectiva suficiente. El extremo galés recibe un pase cada 3 minutos y 48 segundos, mientras que Benzema recibe un balón cada 3 minutos y 39 segundos y Cristiano cada 3 minutos y 13 segundos, según datos de AS. ¿Significa que los futbolistas no confían en Bale? ¿O que no le encuentran tan fácilmente como a los otros dos delanteros del equipo?

El citado medio añade que el jugador estaba acostumbrado a ser el protagonista en el Tottenham, donde todos jugaban para él, algo que también es cierto. Pero precisamente podemos utilizar este argumento para analizar con profundidad algunos de los motivos que han llevado al futbolista a su bajo nivel de participación y acierto. Lo más curioso, y es algo que ya hemos mencionado en Don Balón en anteriores ocasiones, es que Bale ha hecho peor temporada en su segundo año en España. Supuestamente, debería estar más adaptado al estilo de la Liga y en mejores condiciones físicas, ya que la pasada campaña no hizo pretemporada y llegaba desde la Premier, un campeonato donde hay muchos más espacios y menos calidad defensiva.

Sin embargo, Bale participa menos, recibe menos pases, mete menos goles y da menos asistencias. ¿Por qué? El problema podría explicarse desde varios puntos de vista. Por un lado, los rivales conocen mejor al jugador y han ido aprendiendo a frenar sus acometidas; por otro, no se debe olvidar que Bale sigue jugando en una posición donde nunca destacó en el Tottenham y que no le viene nada bien por sus cualidades naturales. Es zurdo cerrado y en la derecha casi siempre se ve obligado a intentar marcharse hacia el centro, teniendo muy pocos espacios para maniobrar en la mayoría de sus intervenciones. Además, su progresiva caída en importancia en el equipo ha provocado en él un bloqueo futbolístico y mental evidente.

Ancelotti jura y reitera que él quiere jugar ahí, pero eso es algo que nunca se le ha escuchado al futbolista. Un tipo que, por otro lado, sigue apareciendo con cuentagotas ante los medios de comunicación y no parece que haga excesivos progresos con el castellano, algo que sin duda vendría bien en su adaptación total al país y a la Liga. Su aislamiento en ese sentido recuerda al de David Beckham. Pero, además, la situación no debe ser fácil para un chico que sin duda es consciente de que el Real Madrid le fichó como futuro crack mundial, candidato al Balón de Oro y sucesor natural de Cristiano Ronaldo. O, al menos, así es como se le vendió. 

¿Error por parte de la directiva? ¿Exageración por parte de la prensa? Probablemente ambas cosas. Quizás Bale no sea nunca Cristiano Ronaldo pero tampoco lo sabemos todavía, aunque podamos intuírlo. Destacó como extremo izquierdo potentísimo o mediapunta imprevisible, pero no juega en ninguna de esas dos posiciones porque el luso ocupa esas demarcaciones. Lógico. No ha hecho, de momento, méritos para que se piense en colocarle ahí en detrimento del portugués, pero al mismo tiempo el reloj corre. La afición se cansa y Florentino se queda sin argumentos para defender su fútbol. Es hora de que el cuerpo técnico y la entidad tomen una decisión de futuro al respecto del galés. Una decisión estratégica, meditada en base a criterios deportivos y que implique sacrificio... por todas las partes.