La pancarta de la discordia, "Respeto para Iker", divide al madridismo

La Peña Ramón Mendoza promueve una iniciativa que traerá cola

La pancarta de la discordia,

Hace horas que se sabe que la Peña Ramón Mendoza, con un gran recorrido dentro del madridismo (se fundó hace ya casi 30 años) va a desplegar una gran pancarta de apoyo a Iker Casillas esta noche en el Bernabéu, en los instantes previos al comienzo del partido contra la Juventus. Su presidente, Efigenio Albadalejo, explica los motivos: "Pensamos que esto se ha salido de madre. Tenemos que estar unidos y no podemos estar tirando piedras contra nuestro propio tejado. Todo esto es una herencia de Mourinho, que ha dividido al madridismo. Si el otro día en vez de pitos hubiera habido aplausos, ganamos al Valencia.

"Mourinho se fue y tenemos que defender a los jugadores y a leyendas del Madrid como Iker Casillas. Llevo 50 años yendo al Bernabéu y he visto a jugadores marcados, pero ninguno como a Iker. No hay derecho. Tenemos que remar hacia una misma dirección todo el madridismo", reitera. La iniciativa ha tenido una rápida respuesta por parte de diversos sectores de la afición merengue, tanto a favor como en contra. No son pocos los que, a través de las redes sociales, apoyan la iniciativa, pero también son muchos los que la desaprueban .

Sin entrar a valorar los argumentos a favor o en contra del guardameta por parte del aficionado madridista, esta iniciativa y las opiniones que está suscitando ponen de manifiesto un hecho que es constatable: El asunto ha dividido en verdad al madridismo. Al igual que pasó con Mourinho, pero por una cuestión de formas y por su manera de gestionar el equipo y el vestuario o la relación con la prensa. Simplemente, fueron prácticas que eran vistas como éticamente reprobables por parte de algunos y adecuadas por parte de otros.

Y ahora, llegados a este punto, la pregunta que debe hacerse todo aficionado blanco es si este tipo de iniciativas vienen bien justo en el día en el que más se juega la entidad de cara al futuro o desvían la atención de lo verdaderamente importante, lo que suceda sobre el césped. El equipo necesita estar unido y el apoyo del público que, al menos durante unos instantes, no estará atento al choque sino a su propia guerra por Casillas.

La eterna pugna, histórica y real incluso antes de la época Mourinho aunque magnificada durante y después de su paso por el Madrid, entre el aficionado clásico, que prima los valores tradicionales del club como el 'fair play', el respeto por el rival, la promoción de la gente de la casa y los canteranos y españoles antes que los extranjeros, además de ciertas formas de hacer en el club incluso por encima de los títulos, y el aficionado más moderno y exigente, que busca una meritocracia llevada hasta el extremo sin importar si el jugador es español, extranjero o canterano y si tiene buena o mala imagen de cara al exterior, y una persecución de la hegemonía de la entidad en el fútbol primando los intereses propios sobre todo lo demás incluso aunque cueste rechazo desde fuera, está más presente que nunca. Pero desvía la atención del fútbol. Esa es la verdadera cuestión con la que deberá lidiar el Madrid esta noche.