Las declaraciones de Navas abren una nueva guerra en el vestuario blanco

El portero costarricense ha querido justificar su fracaso en el Real Madrid asegurando que no ha tenido oportunidades para jugar, un gesto que ha sentado mal a sus compañeros de equipo

Las declaraciones de Navas abren una nueva guerra en el vestuario blanco

Keylor Navas ha elegido una mala manera para justificar su aparente fracaso en el Real Madrid. El portero costarricense, fichado el año pasado procedente del Levante por seis temporadas a cambio de unos 10 millones de euros tras firmar una buena temporada en la Liga con el conjunto granota y un excelente Mundial con su selección, no ha sido capaz de desbancar de la titularidad a un Iker Casillas que está muy lejos de su mejor versión. En su opinión, todo se debe a que no ha tenido minutos. Con todo, cuando ha tenido opción de jugar ha encadenado algunos fallos graves. El más evidente, el que costó el momentáneo tanto del empate del Espanyol en Cornellà-El Prat. Para sus compañeros, esa manera de justificarse está ahora fuera de lugar. Si ya han acusado a Cristiano Ronaldo de un exceso de egoismo, el meta parece haber tropezado precisamente también con la misma piedra.

 

"Si no me ponen, no puedo demostrar lo que valgo. Que no salga en la prensa quejándome no quiere decir que no lo esté pasando mal. Quería haber jugado más. Nunca he pensado en ser suplente, si bien es cierto que me ha tocado pasar un año difícil y lo he llevado de la mejor manera, siendo profesional", ha apuntado el guardameta. "Espero que el año que viene sea diferente y pueda ganarme la titularidad. Tengo contrato cinco años más y tengo una mentalidad positiva. Es complicado pero no me rindo, espero que la oportunidad llegue en algún momento. La competencia es buena porque me ayuda a crecer", ha insistido. No obstante, su futuro parece estar lejos del Madrid. No ha acabado de cuajar y, con la prácticamente segura llegada de De Gea, deberá estar un año más a la sombra del teórico titular. Una situación que no parece demasiado dispuesto a aceptar por segundo año consecutivo.