El Real Madrid no pasa del empate ante el Villarreal y la liga se aprieta

El Villarreal consigue un punto que sabe a victoria. Los de Ancelotti, apretaron al final pero se dejan dos puntos. El Barcelona se coloca a dos puntos en la clasificación.

El Real Madrid no pasa del empate ante el Villarreal y la liga se aprieta

 

Real Madrid, 1 - Villarreal, 1

 

Los de Ancelotti se atascaron buena parte del partido. Al final apretaron pero no fue suficiente. Tras el gol de penalti de Cristiano, el Villarreal no se arrugó, se echó arriba y consiguió el empate a través de Gerard Moreno. La liga se aprieta, y el Barcelona se coloca a dos puntos.

 

Lo avisaron por activa y por pasiva. Marcelino incluso se molestó cuando le increparon por llegar al Bernabéu y jugar con teóricos suplentes. ¿Y qué? El Villarreal sabía el partido que debía hacer. Nada improvisado. Todo bien planificado. Lo que iba a pasar nadie lo sabía. Era el Madrid, y ellos el Villarreal. El fútbol es esto, dos equipos en la lucha por tres puntos. Era el Bernabéu, y enfrente estaba el submarino amarillo. 

 

Sabían que jugar bien no iba a bastar. En el Bernabéu tiene que pasar algo más. Jugar bien, sí. Pero algo más. Llamémoslo  suerte, lotería o valor añadido. Lo que quieran, pero hay que conseguir marcar y agantar al rival. Como sea. El final fue de los que hacen afición, pero todo el partido fue para enmarcar. Los de Marcelino se exhibieron, mostraron sus virtudes. Toda una coreografía de buen juego, bien posicionados, buscando el contragolpe y facilitando las ayudas. Concentración al máximo, los 90 minutos. No hubo fallo, todos a una.

Arrancaron bien, con dos ocasiones en el primer cuarto de hora. Gerard, el que a la postre sería goleador lo intentó por partida doble. Pero un Casillas primero, y Carvajal después consiguieron despejar. Ah, Casillas, magnífico partido y ovación. Los amarillos intentaron seguir dominando, en el Bernabéu. Lo tenían claro, correr mucho y atacar lo más vertical posible. Alta velocidad de área a área. Era como si Marcelino fuera el alumno más aventajado de Ancelotti. Un sistema que parecía calcado al del Madrid pero con otros cromos.

 

Pero el Madrid es el Madrid. No podían permitir más aquellos contrataques y ellos sin resultados. El mediocampo empezó a funcionar. Isco y Kroos tomaron la batuta, uno por delante, el otro por detrás. Y empezó el acoso. La pelota rondaba el área del Villarreal, el peligro se acercaba. Cristiano intentaba entrar en juego, tener su oportunidad, pero no sería hasta la segunda parte que le llegó.

 

Tras el descanso parecía que nada había cambiado. Entonces Bailly hizo lo que seguro Marcelino le dijo que nunca hiciera. No se puede agarrar al mismísimo Cristiano en el Bernabéu, delante del árbitro y que nada pase. El árbitro pito penalti, claro. El portugués no falló. Normal.

Entonces pasó lo que muchos esperaban. Entro Vietto, y al siguiente minuto empató Gerard. Era el 64. Casualidad, no. Sus compañeros vieron al argentino calentar y pensaron que sí podían. Saltó al campo y se vinieron arriba. Sólo tiene 21 años pero todos saben el peso que tiene Vietto en esta plantilla. Es un jugador especial, inteligente. Incluso tuvo después su oportunidad para que el resultado hubiera pasado a la historia de los amarillos. Pero apareció la mano de Casillas. 

 

Los últimos diez minutos fueron de asedio blanco. Cristiano quiso entonces el protagonismo. Pudo darle la victoria a su equipo de cabeza, pero Asenjo hizo una parada para los fotógrafos. Los visitantes incluso pensaron que podían conseguir la proeza. Era un ir y venir. Hasta Chicarito apareció para pedir penalti. Nada. Ancelotti pidió protagonismo, y sustituyó a su intocable Isco. Al Bernabéu no le gustó. Pero nada cambió. El Villarreal consiguió un punto y el Real Madrid perdió dos. La Liga se apreita. Así es el fútbol.