Así se ha cerrado desde el Barcelona un cerco de odio contra Dani Alves

Críticas a su manera de vestir, pitos a su juego y la filtración de su posible venta en varias ocasiones han puesto a prueba durante mucho tiempo la paciencia del lateral brasileño

Así se ha cerrado desde el Barcelona un cerco de odio contra Dani Alves

¿Por qué está tan enfadado Dani Alves con el Barcelona? No todo se ciñe única y exclusivamente a motivos económicos. El lateral azulgrana ya ha asegurado que se siente poco valorado por el club. Eso, casi siempre en el mundo del fútbol, se traduce como una suerte de quiero cobrar más. En su caso, hay más cosas de por medio. Por un lado, sí es cierto que considera que económicamente se han hecho una serie de esfuerzos que podrían clasificarse como muy poco justificables (el fichaje de Vermaelen, las fallidas operaciones de Bojan, Cuenca, Afellay o Tello), con una inversión de capital que a él se le ha hecho ganar, en cambio casi sudando sangre. Por el otro, no obstante, hay más cosas. Cosas que van más allá de lo meramente monetario.

 

Por un lado, entiende que ha habido burlas hacia su peculiarísima manera de vestir. Dicho suavemente, es de sobras conocido que a Alves no le gusta precisamente pasar inadvertido. Pero de su excentricidad al escarnio queda un margen muy amplio. Entiende también que en algunas ocasiones se le ha puesto a la afición en contra. Ha habido veces en las que no se ha sentido suficientemente arropado. Un mal centro, una pérdida de balón, y se disparaban los pitos. También están ahí las continuias filtraciones sobre su hipotética venta que se han ido produciendo de manera casi cícilica en los últimos años. En su momento ya trascendió que Pep Guardiola lo había colocado en su lista de bajas, en caso de que hubiera decidido continuar más allá de la temporada 2011-12. Ahora, ya se ha ido insinuando que, de no ser por la sanción de la FIFA, que impide que los barcelonistas puedan hacer efectivos fichajes hasta enero de 2016, el brasileño tendría los dos pies fuera del equipo.

 

Todos esos factores, poco a poco, han ido minando su paciencia, sometiéndola a una prueba muy dura. Su confianza en el club, según dice de cara a la galería, todavía no está rota del todo. Es una puerta para la esperanza que, en realidad, no tiene demasiadas ganas de cruzar.