Las patatas calientes que tiene ahora el presidente Bartomeu sobre la mesa

La continuidad de Bartra y Montoya, el desencanto de Pedro, el pulso de Dani Alves y la incertidumbre sobre Luis Enrique son las cruces de una temporada que podría ser del todo idílica

Las patatas calientes que tiene ahora el presidente Bartomeu sobre la mesa

El Barça se dispone a cerrar una temporada que podría ser idílica en lo futbolístico. Con la Liga ya en el bolsillo, sueña con sumar además los títulos de la Copa del Rey de la Champions para repetir el histórico triplete de la campaña 2008-09. Pero no todo es tan brillante. De puertas para adentro, el presidente de la entidad, Josep Maria Bartomeu, tiene que lidiar con hasta cinco patatas calientes que pueden llegar a tener una importancia trascendental en los destinos del club para los próximos meses. Algunas tienen muchas posibilidades de acabar estallándole en las manos.

 

Por un lado, están la continuidad en el equipo de Martín Montoya y Marc Bartra. Los dos se han sentido poco valorados y se plantean seriamente dejar la entidad el próximo verano. En el caso de Bartra, su marcha podría ser especialmente sangrante. Dado que no ha llegado al mínimo de partidos que se estipulaba en su contrato, podría marcharse a cambio de sólo 10 millones de euros. Un caso parecido al que se vivió hace unos años con Thiago Alcántara, por el que muchos seguidores barcelonistas todavía se tiran de los pelos.

 

Pedro, mientras, está del todo desencantado. Ha perdido peso específico en el equipo con la irrupción del tridente que forman Messi, Neymar y Luis Suárez y su salida de la entidad es prácticamente un hecho. Quiere jugar la Eurocopa del año que viene y sabe perfectamente que necesita minutos de juego para optar a estar entre los elegidos. Y en el Barcelona muy posiblemente no los va a tener.

 

Dani Alves, por su parte, le ha planteado un pulso en toda regla al club. Asegura que no está contento con el trato que ha recibido, pero en ningún caso ha cerrado defintivamente la puerta a su continuidad. Tiene la mejor baza en la mano: el club no podrá hacer efectiva ninguna incorporación hasta enero del año que viene por la sanción de la FIFA, salvo que haya alguna amnistía de por medio. Un hecho que, en principio, debería llevar al club a tratar de perder el menor número posible de efectivos. Bartomeu, mientras, permanece enrocado. En el caso de Alves, por ahora se limita a señalar que ya tiene una oferta sobre la mesa y que espera su respuesta. Nada más.

 

Luis Enrique, finalmente, puede convertirse también en otra marcha sonada. A principios de año, vio como el presidente llegaba a un pacto con los pesos pesados del vestuario por el que estaba dispuesto a ofrecer su cabeza para que la mala marcha del equipo diera un vuelvo espectacular. Y lo dio. Por el momento, el asturiano mantiene la incertidumbre sobre su futuro. No olvida lo que ocurrió en el pasado. Bartomeu lleva ya tiempo tratando de acercar posturas, sabedor de que los socios no entenderían que un técnico que está a punto de llevarse el triplete se marche dando un portazo. Una opción que, en estos momentos, no parece del todo descartable.