El gran peligro de 'invitar' a CR7 a irse del Real Madrid

Mientras crecen los rumores sobre un futuro del club sin él, la pregunta es cómo reaccionará el público

El gran peligro de 'invitar' a CR7 a irse del Real Madrid

No hay nada peor para el aficionado que un verano sin fútbol. También para el hincha veterano, curtido en mil batallas y harto de soportar meses de julio y agosto cargados de rumores y cuchicheos, que se multiplican cuando el periodo estival no está acompañado de un Mundial o alguna competición internacional. Y si además ha habido terremoto de cambios en su club, el asunto se hace bastante árido.

Eso es justo lo que pasa en el Real Madrid en estos días. El cese de Carlo Ancelotti y la llegada de Rafa Benítez abren la veda al debate popular y populista en medios y cafeterías. Todo el mundo opina ahora sobre lo que está por venir y por pasar, colocando al nuevo técnico como artífice de facto de las intenciones de su presidente. Muchos de esos rumores giran en torno a Cristiano Ronaldo. El portugués, atravesando la que es, probablemente, la etapa más complicada de su carrera por estado de forma y expectativas, ve por primera vez en seis años cómo empieza a no ser motivo de horror la idea de que el Madrid podría plantearse un futuro sin él.

Una hipótesis que manejan los medios con una frecuencia cada vez mayor. Evidentemente no sabremos qué sucederá hasta que el equipo se ponga manos a la obra dentro de unas semanas, pero sí podemos empezar a elucubrar y medir de qué forma impactará todo este ambiente en la estrella portuguesa. Cristiano ha sido el pilar indiscutible sobre el que se ha asentado el Real Madrid en las últimas seis temporadas, tanto en goles, juego y peso sobre el campo como en imagen de club. Pensar en un Madrid sin él en todo el tiempo en el que ha estado en la entidad desde 2009 se hace imposible. Está a muy poca distancia de convertirse en el máximo goleador histórico de una entidad que muchas veces ha deslizado intencionadamente la idea de convertirle en 'el segundo Di Stéfano' de su historia.

Pese a que cuando uno le ve moverse sobre el terreno de juego se puede evidenciar que esta campaña no ha sido el mismo que en las anteriores, sobre todo desde noviembre y diciembre, lo cierto es que después no ha recuperado su versión físicamente exuberante y explosiva y el paso del tiempo -y la treintena- se alían de manera diabólica con sus conocidos problemas de rodilla. Nada es eterno, ni siquiera él. Por eso, desde un punto de vista deportivo-estratégico, sería normal que el club se plantease cosas.

Ahora bien: Aun en su versión más 'poco participativa' y de delantero centro de toda su carrera, Cristiano ha terminado la Liga anotando 48 goles y más de 50 en todas las competiciones, cifras que ningún ariete clásico de área de la actualidad -ni del pasado, si me apuran- tiene a su alcance. Ninguno salvo Messi, que tampoco es delantero centro. Aceptando que el argentino no puede ni podrá ser nunca objetivo del Real Madrid, el asunto se traduce en una simple cuestión de conveniencia. ¿Merece la pena vender a un futbolista con tal capacidad goleadora? ¿Cómo se repondría el equipo después de perder semejante 'fuente inagotable' de goles gratis?

Desde el punto de vista estratégico y económico, una venta por las cantidades que se barajan -entre 100 y 150 millones de euros- no ofrecería discusión. Cristiano se iría del Madrid siendo seis años más veterano, absolutamente exprimido, habiendo rendido más de lo imaginable y con un rédito en lo 'marketiniano' ciertamente brutal. Nada que decir. Pero habría que ver cómo se refleja esta pérdida en el césped, en el día a día. Él tampoco ha dicho que se quiera marchar pero se deslizan las intenciones del club de ir dándole galones de líder a Bale, al mismo tiempo que otros aseguran que los intentos por parte del Madrid de 'mover' a CR7 de su tradicional banda izquierda a una posición de '9' molestan al jugador. Parece un mensaje encaminado a ir quitándole protagonismo de forma velada. "No molestes, quédate en el punto de penalti y dedícate a meterlas".

Mientras tanto, a Benítez le tocará lidiar con todo esto y con su pizarra. Si el Real Madrid no carbura las culpas se las echarán a él. Si Cristiano decae, muchas culpas se las achacarán a él y a sus decisiones tácticas; y si Cristiano se marcha y el Madrid no funciona, la erupción por ello le arrastraría y, quién sabe, también al resto de la plana mayor de la entidad. Es un movimiento tan cargado de responsabilidad como de peligro.