Apuntan el retorcido movimiento del club en la renovación de Sergio Ramos

Hubo un momento antes de la lesión de Sergio Ramos en que los que trasladan las filtraciones oficiales del club al cuerpo técnico impulsaron la idea de que la pareja de centrales del Madrid debía ser

Apuntan el retorcido movimiento del club en la renovación de Sergio Ramos

Ancelotti es un tipo íntegro. El italiano, desde su llegada al Real Madrid, se ha desmarcado de intromisiones y recomendaciones para definir una hoja de ruta en la que Carletto cree a pie juntillas.

 

En el club es 'vox populi' que una amplia mayoría de las contrataciones/bajas del Real no han sido petición directa del técnico. Florentino Pérez ha cogido la batuta en el mercado y ha guiado los pasos de la entidad en el capítulo de nuevas incorporaciones y salidas en los últimos tiempos. Una manera de hacer que no siempore ha contado con el visto bueno del cuerpo técnico que ha llegado a afirmar no sentirse a la plantilla como propia. 

 

Las relaciones entre el presidente y el staff  se han medido, principalmente por los ocupantes del banquillo blanco, desde la prudencia. Ni a Carlo ni a Paul Clement -segundo de Ancelotti- ha escapado nunca que el Madrid es un club presidencialista en el que Florentino Pérez tiene la última palabra en casi todo. Unas atribuciones, las del máximo mandatario de la entidad, que, en ocasiones, han intentado sobrepasar los límites de su cargo.

 

En este sentido, fuentes informadas aseguran que hubo un momento antes de la lesión de Sergio Ramos en que los que trasladan las filtraciones oficiales del club al cuerpo técnico impulsaron la idea de que la pareja de centrales del Madrid debía ser Pepe-Varane. Florentino quería mandar un aviso al entorno de Sergio y al propio Sergio.

 

Eran los días en los que las relaciones entre Ramos y la cúpula madridista por la renovación del andaluz eran más que tensas. Desde la ejecutiva se deslizó la idea/petición/recomendación al técnico, Carlo Ancelotti, que se negó a recoger el guante para afirmar que su pareja en el Madrid era y será Pepe-Ramos.

 

Desde entonces la continuidad del andaluza en el Real sigue pendiente de revisión. Las partes se emplazaron a final de temporada para encauzar una relación que desde el entorno del defensa asumen sin dramatismos: "Sino le pagan lo que merece se irá". Sin más.